Agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de Europol, han detenido en Barcelona al lugarteniente del conocido como ‘clan de Vracar’ de Belgrado, reclamado por las autoridades serbias por un delito de homicidio doloso, por Austria por los delitos de secuestro y detención ilegal y por la justicia española por un delito de lesiones.
El prófugo, que se enfrenta a 40 años de prisión, era la persona de confianza del líder de este clan serbio, que mantiene una lucha con otro grupo y cuyas venganzas han dejado 60 asesinatos. Según informa la Policía Nacional en un comunicado, el líder, conocido como ‘Johnny el Loco’, también fue detenido en Barcelona el 18 de octubre y estas detenciones representan un “golpe duro” a la cúpula de este clan.
La persona de confianza del líder del clan huyó de la justicia tras participar en la muerte de un miembro del clan rival desaparecido en marzo de 2020, cuyo cuerpo se encontró un mes después en un pozo cerca de Sopot (Serbia) con una herida de bala.
Los asesinatos entre miembros del ‘clan de Vracar’ y sus rivales territoriales del ‘clan Skaljari’ comenzaron en 2014 con la incautación de un cargamento de cocaína en el Puerto de Valencia y las venganzas entre ellos han desembocado en hasta 60 asesinatos.
El detenido se le acusa de participar en Austria en el secuestro y torturas de un miembro de una banda rival, que tras citarlo en un hotel con el pretexto de hacer negocio, lo secuestraron y golpearon y exigieron al padre de la víctima que pagara un millón de euros para que lo liberaran.
Ante la gravedad de los delitos y la importancia del fugitivo en varios países, la Sección de localización de fugitivos de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO), que forma parte de la red europea de grupos para buscar fugitivos (ENFAST), comenzó una investigación a nivel internacional coordinada desde la Oficina Europea de Policía (Europol), con la participación destacada de Austria, Serbia, Alemania, Croacia, Eslovenia, Francia e Italia.
Los investigadores ubicaron al fugitivo en el estado español y la sospecha de que podía estar viviendo en Barcelona. También descubrieron que mantenía medidas de seguridad muy estrictas ante la presión policial, con cambios de identidad y de aspecto físico y contravigilancias para detectar si había policía antes de hacer cualquier movimiento.
Su entorno y familiares también habían adoptado medidas de seguridad y contravigilancia, tras instruirlos en estas técnicas, para evitar investigaciones que condujeran al lugar donde se escondía. La investigación permitió ubicar al fugitivo en una zona muy concreta de Barcelona y fue detenido con un amplio dispositivo y luego pasó a disposición judicial.