Hoy los Mossos d’Esquadra ha presentado un mapa interactivo con los más de 8.200 artefactos explosivos localizados en Cataluña desde 2012. El área TEDAX-NRBQ – especialistas en desactivación y neutralización de explosivos – ha proyectado las comarcas donde han aparecido estos objetos con propósito de recuperarlos y preservar la memoria histórica. El hallazgo más reciente se dio hace dos semanas en Castellbisbal, donde se intervinieron 12 granadas de mano en un falso techo de un edificio, escondidas por la CNT en enero de 1939.
Cataluña ha sido espacio de conflictos bélicos desde hace siglos. Guerras de Sucesión, la Guerra del Francés, las Carlinadas y, finalmente, la Guerra Civil, el último conflicto que tuvo un impacto muy grande en todo el territorio. Tal y como ha explicado Gustavo Aparisi, subjefe del área TEDAX-NRBQ, el “hallazgo de los artefactos no implica que en ese territorio haya habido una mayor conflictividad”. En todo caso, es cierto que en algunos lugares los artefactos se relacionan directamente con la Guerra Civil y los combates que se produjeron.
Entre 2012 y 2024, el cuerpo de Mossos d’Esquadra ha destruido 6.907 artefactos explosivos. En concreto, los agentes han detonado de forma controlada 1.595 proyectiles de artillería, 82 bombas de aviación, 1.553 granadas de mano, 3.242 granadas de mortero, 12 granadas de fusil, 223 espoletas, 184 cohetes, 12 bombardas y 4 minas.
Castellbisbal, el hallazgo más reciente
En el marco de conmemoración de los 85 años de la entrada de tropas franquistas en Castellbisbal, la policía catalana ha explicado los detalles del encuentro de 12 granadas de mano hace un par de semanas. Un vecino de este municipio, ubicado en el Vallès Occidental, estaba reformando su piso cuando desde el falso techo cayeron un par de granadas. No explotaron porque tenían doble sistema de activación y, por suerte, uno no se activó. La hipótesis más fiable, según los TEDAX, es que estos explosivos los escondieron miembros de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo). En ese momento tuvieron que abandonar el territorio debido al avance de las tropas nacionales.
Posteriormente, este edificio pasó a manos de la Falange. De hecho, tal y como ha explicado el historiador Jordi Amigó, las “granadas quedaron sobre sus cabezas durante todos estos años”. Según los detalles que ha proporcionado el sargento Aparisi, la carga explosiva estaba intacta.
Indicaciones de seguridad
La voluntad de este mapa por parte de los Mossos d’Esquadra es recoger datos y compartirlos con los historiadores para preservar la memoria democrática. En todo caso, la neutralización y desactivación de los artefactos tienen como objetivo evitar que puedan explotar y así esquivar cualquier riesgo contra los ciudadanos. El sargento Aparisi ha recordado la importancia de avisar siempre al 112 en caso de encontrar algún artefacto. “Lo más importante es no tocarlo nunca. Hay que llamar a emergencias, hacer fotografía, coger coordenadas y, si se puede, intentar mantener la zona señalada de forma discreta”, ha recordado.
De hecho, la tenencia de artefactos de la guerra está recogido en el Código Penal (aunque estén desmontadas) y también está contemplado en el reglamento de armas y explosivos.