La tasa de criminalidad en Barcelona fue un 50% más alta que en Madrid en el primer semestre de 2024. Según datos del ministerio del Interior analizados por la ACN, la ratio en la capital catalana fue de 48 delitos por cada 1.000 habitantes mientras que en la del Estado, de 31. Barcelona tiene una mayor proporción de juzgados de instrucción y penales y un número de policías por habitante comparable en Madrid, pero aún así la ratio de delitos es más elevada aquí desde hace años. Los expertos consultados dan claves para entenderlo: el factor turístico, los tipos de delitos o la saturación de los juzgados. En cuanto a la percepción, más de una cuarta parte de barceloneses sitúan la inseguridad como el principal problema, y en Madrid, menos de un 10% de los habitantes.
La cifra de delitos cayó ligeramente en las dos ciudades respecto al mismo periodo de 2023. El número de delitos registrados en la capital catalana entre enero y junio de 2024 es de 79.777 (sin tener en cuenta la cibercriminalidad), una cifra menor que en Madrid (103.378) en términos absolutos pero que en términos de población sitúa la tasa de criminalidad de Barcelona un 50% por encima de la de la capital española.
En Barcelona, los crímenes se han mantenido estables en los últimos dos años, con una caída del 1,2% respecto a 2023, y una caída de unos 20.000 hechos respecto al último año prepandémico. Las cifras actuales son sólo ligeramente superiores a las de 2017 y los años inmediatamente anteriores. En Madrid, el número de delitos en el primer semestre de este año fue de 103.378, un 1,3% menos que el año anterior y también una cifra a la baja respecto a la última década, dejando de lado la pandemia. En todo caso, ya hace muchos años (al menos desde 2015), que la tasa de criminalidad en Barcelona supera a la de Madrid.
Los hurtos son la casuística más habitual en las dos ciudades, pero la ratio barcelonesa (24,2 casos por cada 1.000 habitantes) duplica la madrileña (12,8) y, en el caso de la ciudad catalana, responde a más de la mitad de las infracciones penales.
Además, la cifra de robos con violencia e intimidación y los robos con fuerza en domicilios y establecimientos no sólo es más alta en Barcelona en proporción, sino en números absolutos. Sumando los dos supuestos, hay casi 6 por cada 1.000 habitantes, más del doble que en Madrid (2,26).
Los primeros seis meses del año también se saldaron con 200 agresiones sexuales con penetración en la capital catalana, 30 menos que en Madrid, pero de nuevo, una ratio por habitante más alta. En cuanto a la cibercriminalidad, los datos ministeriales recogen proporciones similares, cerca de 10.000 hechos en Barcelona, y cerca de 20.000 en Madrid, unos 6 por cada 1.000 habitantes.
100 delitos por cada 1.000 habitantes en 2023
Las tasas de criminalidad no sólo fueron superiores en Barcelona en el primer semestre de 2024, sino también en el conjunto de 2023, en una proporción similar. Durante todo el año pasado, en la ciudad catalana se registraron 166.710 hechos, lo que supone exactamente 100 por cada 1.000 habitantes. La cifra cayó a una tasa de 62 en la capital del Estado. La mitad de los delitos en Barcelona fueron hurtos (con una tasa de 52, casi el doble que la de Madrid, 27), y en robos con violencia e intimidación y en domicilios y establecimientos, incluso se superan las cifras madrileñas en números absolutos.
Tasa de juzgados más alta en Barcelona
El número de juzgados de instrucción, penales y de violencia sobre la mujer es de 67 en la ciudad catalana y de 104 en la capital del Estado. Así, mientras que hay una ratio de 3 juzgados por cada 100.000 habitantes en Madrid, la cifra se eleva a 4 en Barcelona. Con datos del departamento de Justicia de la Generalitat y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los 29 penales que suma Barcelona se acercan a los 39 de la ciudad madrileña.
Sin embargo, la jueza decana de Barcelona, Cristina Ferrando, explica a la ACN los diversos problemas que afectan a los juzgados de instrucción y los penales en Barcelona, el principal, la acumulación de juicios “rápidos” que se acaban celebrando con semanas y meses de retraso. En concreto, Ferrando dice que en cuanto a los juicios de delitos leves (hurtos por valor no superior a los 400 euros), ahora mismo no pueden absorber su gran volumen y eso hace que juicios que deberían celebrarse en un máximo de dos semanas se acaben produciendo al cabo de 8 meses.
La jueza dice que uno de los elementos para entender esta saturación es que los juzgados de instrucción de Barcelona también asumen juicios señalados desde partidos judiciales vecinos (Badalona, L’Hospitalet de Llobregat, etc.). “Son más señalamientos de los que podemos asumir con dos juzgados de guardia en la ciudad, que hacen 48 juicios cada día hábil, incluido agosto”, relata antes de pedir, al menos, un juzgado más en la ciudad con el fin de mejorar las cifras.
Por otro lado Ferrando también relata las complejidades para castigar la multi-reincidencia, con el agravamiento de penas previsto a partir de tres delitos patrimoniales leves o menos graves. La jueza dice que este es otro “procedimiento con más garantías” que los juicios rápidos, y por tanto es también más lento. “Vinculamos la lucha contra la reincidencia a que los juicios rápidos (previos) se celebren lo más rápido posible. Cuando antes tengas sentencias firmes de los primeros casos, antes podremos abordarla multirreincidencia”, ilustra.
“Si tienes más casos, necesitas invertir, más allá de tener jueces de refuerzo. La ratio de jueces por habitante en España está por debajo de la media de la UE, y Cataluña está por debajo de la media española”, concluye la jueza decana de Barcelona.
Los mismos policías por habitante
Las diferencias entre las dos ciudades se desvanecen en cuanto al número de agentes de policía asignados a cada municipio en relación a su población. Con datos recogidos por la ACN de todos los cuerpos que operan tanto en una ciudad como en la otra, la tasa es casi idéntica, de casi seis policías por cada 1.000 habitantes. Los agentes desplegados en Barcelona son 9.422 –a destacar, los 3.431 de Guardia Urbana, los 3.210 Mossos d’Esquadra, los 1.985 policías nacionales y los 552 guardias civiles–, mientras que en Madrid son 18.816 –entre ellos, 10.051 policías nacionales, 5.777 policías municipales y 2.913 guardias civiles.
El decano del Colegio de Criminología de Cataluña, Ángel Párraga, corrobora que quizás el problema no está en el número de agentes, aunque “nunca hay policía suficiente para controlarlo todo”. Pide encontrar “soluciones más adecuadas”, y menciona también los problemas del sistema judicial, así como hacer frente a la especificidad de Barcelona como destino turístico de masas.
“Es la tormenta perfecta: en un fin de semana llegan 50.000 personas en crucero, en una zona muy concreta, y claro, el infractor está muy motivado: vienen, hacen el fin de semana y se van porque, además, muchas víctimas no denuncian, se vuelven al crucero, etc.”
Percepción de seguridad y principal problema
En cierta correspondencia con los índices de criminalidad de cada ciudad, en la capital catalana la inseguridad ciudadana es percibida como el principal problema de los residentes, como señala hasta un 27,2% de los encuestados en el primer Barómetro municipal de 2024 –el porcentaje no ha bajado del 20% en los últimos años. En cambio, según la última Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los Servicios Públicos de la Ciudad de Madrid, entre los habitantes de la capital española la inseguridad ciudadana (incluida la delincuencia) ocupaba la cuarta posición en el año 2023, con solo un 8,4% de las respuestas –manteniéndose así por debajo del 10% como los últimos años. El tráfico es el principal problema que perciben los madrileños (14,3%), mientras que sólo un 2,1% de los barceloneses consideraron esta cuestión como el primer problema de la ciudad.
En la misma línea, los madrileños tienen una buena percepción sobre la seguridad en su ciudad, y además el indicador ha mejorado en los últimos 15 años: en 2019, era de 56 puntos sobre 100 y en 2023 es de 71. En el caso de los barceloneses, sitúan este indicador por debajo: otorgan 53 puntos al nivel de seguridad, una cifra casi idéntica a 2019 (52), que venía de una caída respecto al año anterior (62).
“La percepción de inseguridad (en Barcelona) es alta”, asume el criminólogo, que sin embargo considera que “los números no son especialmente altos. Estamos viviendo en un país, en una zona que podríamos decir segura”, insiste. Aún en cuanto a las percepciones, la encuesta de victimización del Área Metropolitana del Instituto Metrópoli refleja que los vecinos de Barcelona se sienten más seguros en su barrio (6,09 puntos de 10) que en el resto de la ciudad (5,32).