La ciudad ya ha empezado a vivir el ambiente de la Diada de Sant Jordi, que este año promete ser más grande, diversa e inclusiva que nunca. Con casi 450 paradas de libros y rosas que se extenderán por todo el centro y varios barrios de la ciudad, el 23 de abril será una jornada llena de actividades literarias, culturales y solidarias, con un notable despliegue de seguridad y servicios para garantizar el bienestar de los visitantes.
Como es tradición, la Rambla será uno de los grandes protagonistas de la celebración. A pesar de las obras que se están realizando, el Ayuntamiento ha garantizado que el tráfico se cortará desde primera hora del día para vehículos privados, haciendo que los peatones sean los únicos dueños de la vía. Las paradas de libros y rosas cobrarán vida en la ciudad, con más de 3.500 metros cuadrados de espacio ocupados por una gran variedad de stands, con casi un centenar más que el año anterior.
Además, las paradas de autores y autoras serán uno de los atractivos principales, donde se podrá disfrutar de firmas de libros y descubrir novedades literarias. La fiesta de Sant Jordi se extenderá también a todos los demás distritos de la ciudad, con diversas actividades como talleres, cuentacuentos y presentaciones de libros.
La jornada de Sant Jordi será una auténtica fiesta cultural en Barcelona, con una gran oferta de actividades para todos los gustos.
Los más pequeños también tendrán su espacio en esta gran fiesta. Entre otros, cabe destacar los Juegos Florales de Buen Pastor harán su primera edición con la participación de niños y niñas que podrán presentar sus relatos y poesías. Además, la Biblioteca de Cataluña y otras instituciones culturales, como el Ateneo Barcelonès, organizarán actividades especiales como lecturas en voz alta y un espectáculo infantil con sombras chinas.
Los barrios de Barcelona también se implicarán plenamente en la celebración, con iniciativas como el Encuentro de Ilustradores en el Pla de Salmerón y el Sant Jordi en el Raval, una cita que reunirá a más de 60 entidades y colectivos del barrio con una cuarentena de actividades, desde talleres hasta actuaciones musicales.
Además, varios espacios de la ciudad abrirán sus puertas. El Ayuntamiento de Barcelona, el Recinto Modernista de Sant Pau, la Sagrada Familia, el Pabellón Mies van der Rohe, la Biblioteca de Cataluña, la Diputación de Barcelona, el Palau de la Generalitat, el Palau Güell, el Ateneo Barcelonès, o el Museo de Historia de Cataluña entre otros, ofrecerán visitas gratuitas y actividades especiales, algunas con reserva previa.
Además, la Casa Batlló, obra de Gaudí, se volverá a vestir de rosas para la ocasión, una imagen que se repetirá hasta el 23 de abril.
Uno de los cambios más destacados de esta edición será la gran isla peatonal en el corazón de Barcelona, que incluirá el área entre la Diagonal y la Gran Vía, con un amplio espacio para las paradas y actividades. Desde las 22 h del día 22 de abril hasta las 6 h del día 24, las autoridades restringirán la circulación en toda la zona central de la superella del Ensanche, con el objetivo de crear un ambiente más agradable para los peatones y facilitar el acceso a las paradas. Esto también comportará cambios en la movilidad, con un aumento del servicio de transporte público y una gran implicación de los agentes de seguridad y protección civil.
Este año, las actividades solidarias también tendrán un gran protagonismo. En la parada solidaria de Els Encants de Barcelona, se podrán adquirir libros a sólo 1 euro, con la totalidad de la recaudación destinada a la Asociación Española para Deficiencias de Creatina. También se podrán comprar rosas solidarias en diversos puntos de la ciudad, como en la Diputación de Barcelona y en el Palacio de la Generalitat, con la voluntad de recaudar fondos para causas sociales.
Para garantizar la seguridad y la sostenibilidad de la jornada, el Ayuntamiento ha implementado un plan especial de seguridad, que incluye a más de 180 agentes de la Guardia Urbana y 175 auxiliares que velarán por el civismo y la seguridad. Además, se ha instalado un sistema de control para evitar la venta ambulante no autorizada, un problema que ha crecido en los últimos años.
El Ayuntamiento ha trabajado también en la reducción del impacto ambiental de la fiesta, con medidas que incluyen la promoción del uso del transporte público y la limitación de las licencias de venta de rosas a particulares. El Gremio de Floristas ha puesto énfasis en la protección de la rosa de autor y ha creado un sello distintivo para identificar las rosas de calidad, con el objetivo de reducir el intrusismo en este sector.
El Sant Jordi de 2025 se prevé como una jornada para la historia. Con más espacio para las paradas, una oferta de actividades increíble para todos los públicos y un gran despliegue de seguridad y movilidad, Barcelona celebrará esta fiesta con el coraje y el entusiasmo que caracterizan esta tradición tan arraigada. Será, sin duda, una Diada de Sant Jordi para recordar, donde los libros, las rosas y la cultura serán los grandes protagonistas.
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