Barcelona ha actualizado toda la red semafórica de la ciudad a la tecnología led después de 23 años. En 2001 el 98% de los semáforos funcionaban con bombillas incandescentes, con un consumo de energía de 46.000 kilovatios por hora cada día.
Ahora, según datos del Ayuntamiento, el gasto se ha reducido hasta los 10.000 kilovatios, aunque, además, el número de señales luminosas de este tipo han pasado de los 1.451 que había entonces a los 1.803 actuales. Según los cálculos del consistorio, el ahorro es del 85% en cuanto al consumo, pero al mismo tiempo se suma el hecho de que generar la electricidad correspondiente conlleva 1,5 toneladas de emisiones de CO2 menos cada mes, 18 toneladas anuales. El ahorro económico es de 66.721 euros, según las cifras del Ayuntamiento.