La acampada de la Universidad de Barcelona por Palestina ha decidido mantenerla y hace una llamamiento a la movilización en los próximos días para ampliarla. Los estudiantes aseguran que no quieren interferir en las elecciones y argumentan que en el edificio histórico, que es sede electoral, hay espacio para todo. “No queremos interrumpir el voto de la ciudadanía“, apuntan en un comunicado, donde denuncian “amenazas de desalojo”.
Según ellos, el número de tiendas se ha duplicado respecto a las primeras horas de acampada. Este miércoles han convocado una cacerolada a las 14.30 horas coincidiendo con la reunión del claustro, que debatirá una moción para romper relaciones con centros de investigación de Israel. Se votará si se lleva el asunto al equipo y al consejo de gobierno.
“El rector de la Universidad de Barcelona, Joan Guàrdia, ha advertido públicamente de que el edificio histórico es colegio electoral y que no se opondrá al desalojo de la acampada. Estamos aquí para defender los derechos democráticos de libertad de asamblea y expresión, y no aceptamos esta excusa para que nuestra acampada, en los jardines del edificio, no es ningún impedimento para desarrollar la jornada electoral con normalidad”, remarcan los estudiantes, que aseguran que no levantarán la acampada hasta que no vean “acciones concretas de las universidades y los gobiernos catalán y español” respecto a Israel.
En cuanto a la moción, aseguran que velarán para que no quede en una “declaración vacía” y para que la universidad realmente rompa con el estado de Israel. En paralelo, también han convocado una concentración de protesta a las 19 horas por la ofensiva en Rafah.