A finales de 2023, un pastor que recorría la zona de Huéscar, en Granada, encontró unos restos humanos en una cueva de la localidad. Tras avisar a un grupo de espeleólogos, estos confirmaron que los huesos no tenían origen prehistórico, lo que llevó a la intervención de la Guardia Civil. Especialistas de la Policía Judicial se desplazaron hasta el lugar para poder retirar los restos.
Los huesos fueron enviados al Instituto de Medicina Legal de Granada y, posteriormente, al de Sevilla, donde se les extrajeron muestras de ADN para su análisis. Actualmente, un equipo de la Universidad de Granada (UGR) investiga el origen de los restos, intentando establecer una fecha exacta para su datación.
Una de las principales hipótesis es la posibilidad de que los restos pertenezcan a una niña desaparecida en 1983 en Cúllar, aunque por ahora no hay confirmación oficial. Paralelamente, los expertos intentan determinar el “umbral superior de la fecha”, es decir, la época máxima en que estas personas podrían haber desaparecido.
Si los análisis científicos confirman que los restos corresponden a las personas desaparecidas en los años 80 o 90, como la niña de Cúllar o una mujer desaparecida en Huéscar, se solicitará la comparación de ADN con los familiares vivos para corroborar la identidad de los restos.
En caso de que los análisis indiquen que los restos corresponden a estas personas, se podría avanzar en la resolución de dos casos de desapariciones sin aclarar, los cuales son investigados por la Guardia Civil.
Los científicos y las autoridades continúan trabajando para resolver este misterio.
