Seis años de internamiento en un centro de menores es la máxima pena que se le podría imponer al menor de 15 años que ha matado a su madre en Castro Urdiales, en Cantabria. El otro hermano, de 13 años, es inimputable por su corta edad.
Este es el máximo castigo que la Ley de Responsabilidad Penal del Menor recoge para los menores de 16 años cuando se trata de penas de privación de libertad, según recoge ‘Telecinco’. El chico habría muerto la suya de una puñalada en el cuello tras una discusión por una mala nota.
De momento, el menor ha estado internado en un centro por orden judicial de forma provisional, a la espera de que avance la investigación. La medida estará vigente seis meses, con posibilidad de prórroga de tres meses más.
El hermano menor, de 13 años, también ha estado internado en un centro de menores, donde será sometido a una evaluación de su situación psicosocial para ver si vuelve con su padre, que vive en el País Vasco, o si sigue bajo atención social.
El resto de medidas que se tomen en contra de los dos chicos serán enfocadas a la reinserción y al soporte de los niños: “Es lo que establece la ley penal del menor, teniendo en cuenta que se pueden aplicar unas medidas tendentes a la reinserción y rehabilitación“, explica al citado medio la criminóloga Amparo Peris.
Una pelea por las malas notas
Con el paso de las horas se van conociendo más detalles de un caso que ha conmocionado a la sociedad. De momento, la principal hipótesis es que el origen del suceso se encuentra en
una mala nota que el hermano mayor había sacado a la escuela
.
Al parecer, el menor y la madre iniciaron una discusión que fue subiendo de tono hasta que el menor le clavó una cuchillada en el cuello a la mujer, matándola de forma rápida.
Después, el menor, ayudado por su hermano pequeño, desnudó parcialmente a la madre, le taparon la cabeza con una bolsa y le metieron en el maletero del coche, con la intención de huir. Cuando lo intentaron, sin embargo, el coche se empotró contra la pared del garaje y los menores se espantaron.
Llamaron a la abuela y le explicaron que los habían secuestrado, y acto seguido se marcharon de la vivienda y se escondieron por el pueblo. Horas después, la Policía los encontró y los llevó a dependencias policiales.
Ante los policías, el menor de 15 años habría explicado que su madre los maltrataba, un hecho que él mismo ya habría denunciado previamente en su escuela. “No vales nada”, “Si lo sé no te adopto” o “Eres una mierda, una basura” son algunas de las frases que la madre les decía habitualmente, según su versión.
El menor ha explicado que la madre los agredía también físicamente y que los tenía aislados socialmente, prohibiéndoles tener amigos. La madre, Silvia, había adoptado a los niños cuando eran pequeños, originarios de Rusia.
