Después de 30 años en activo, una de las cadenas de disfraces y artículos de fiesta más conocidas de España, Party Fiesta, cerrará todas sus tiendas de forma definitiva.
La empresa ha presentado concurso de acreedores y ha solicitado al juzgado de lo mercantil de Barcelona la liquidación.
La pandemia ha sido el principal causante de la drástica bajada de ventas que ha llevado a la compañía a acumular una deuda de unos 14 millones de euros.
Sin embargo, Party Fiesta ya se encontraba en números rojos desde 2018, lo que obligó a la empresa a cerrar algunas de sus tiendas incluso antes de la crisis de la covid-19.
Hace unos meses, Party Fiesta superó un primer concurso de acreedores, con el juez autorizando la venta a una sociedad controlada por los inversores Laura Rosell y Joan Enric Juncà, bajo el nombre Nipte 5000.
La sociedad tenía previsto invertir 1,4 millones de euros para revitalizar la empresa, pero finalmente se ha decidido organizar una subasta de los productos restantes y de la marca Party Fiesta.
Party Fiesta fue fundada en L’Hospitalet de Llobregat en 1994 por el empresario Manuel Hernández Moysi. La primera tienda física se inauguró en el centro comercial de L’Illa Diagonal, un local que todavía estaba abierto.
Ahora, la multinacional catalana cerrará sus 50 tiendas propias y las 30 franquicias y despedirá a los 140 trabajadores que formaban parte de la plantilla.