Este sábado se produjo un accidente de consecuencias trágicas cuando cuatro personas que viajaban en coche por la A-92, en Moraleda de Zafaloya (Granada), murieron al chocar éste contra el pilar de un puente, a gran velocidad. De los cinco ocupantes del vehículo sólo uno sobrevivió, un hombre de 39 años y nacionalidad colombiana que está en la UCI con un traumatismo craneoencefálico.
A medida que pasan las horas se van desgranando más detalles del terrible suceso: las víctimas volvían de celebrar el cumpleaños de uno de ellos, un hombre de 34 años y nacionalidad cubana. Las otras tres víctimas mortales son dos colombianos de 33 años y una chica, de la que no ha trascendido la nacionalidad, de 25.
La Guardia Civil espera la recuperación del superviviente para tomarle declaración sobre lo que pudo pasar por sufrir un choque tan violento. De momento, las primeras hipótesis, a falta de las autopsias, apuntan a una velocidad inadecuada del vehículo accidentado.
DESCUBRIMIENTO INESPERADO
Justamente, fue un agente de la Guardia Civil de Tráfico que estaba de vacaciones el que localizó el coche siniestrado. Mientras circulaba por la A-92, dirección Granada, al paso por un carril de incorporación y un puente observó un parachoques en el arcén derecho.
Ante la sospecha de que se hubiera podido producir un accidente, cogió la primera salida y giró. Esta vez circuló a baja velocidad y con los intermitentes puestos y, al llegar al punto, se encontró el vehículo accidentado.
Al ir a auxiliar a los ocupantes, lo único que estaba consciente era el copiloto al que consiguió sacar del vehículo, ya que salía cierta cantidad de humo que hacía presagiar lo peor.
Posteriormente, intentó ayudar a los demás ocupantes del turismo, pero ya no los encontró constantes vitales. El agente avisó al servicio de emergencias 112, que activó a sanitarios, Bomberos y Guardia Civil, que se desplazaron al lugar del siniestro.
La esposa del agente, en declaraciones a Cadena Serva relató que “en ese momento vi un garbanzo de hierros y una persona que era como una cabeza desorientada que estaba dentro atrapado”. Sobre su marido señaló: “Albergaba la esperanza de que hubiera alguien con vida”.
