Blas, un niño de tan solo 8 años, estaba tranquilamente disfrutando de un día de piscina en la piscina municipal de su pueblo, cuando notó que una gran fuerza le arrastraba hasta el fondo y le dejaba atrapado en el sumidero de esta. Un fallo en la depuradora ha estado a punto de causarle la muerte.
Sus gritos y la poca profundidad de la piscina hicieron que la actuación del socorrista salvara su vida, pero en su espalda se puede apreciar un impresionante hematoma con la forma de las rejillas del sumidero.
Fueron segundos de auténtico pánico, los padres del niño han vivido el peor momento de sus vidas y han tomado medidas legales contra los responsables del establecimiento.
Una de las opciones podría ser que la bomba de succión se hubiera bloqueado y que el resto de bombas hubieran aumentado su potencia o que se hubiera instalado una bomba con una potencia superior a la común y legalmente establecida.