El programa de First Dates de este miércoles, emitido en Cuatro, dejó un encuentro singular entre Mazedona, una joven de 23 años, y Susana, de 29. Mazedona, que se define como "no conforme al género" y rechaza las etiquetas tradicionales, llegó al restaurante del programa con la intención de encontrar una conexión más allá de los convencionalismos. "Soy una persona no conforme al género. No creo en el género", explicó nada más llegar, haciendo énfasis en su rechazo a la distinción entre hombre y mujer, incluso en los documentos oficiales como el DNI.
En su conversación con el presentador Carlos Sobera, Mazedona detalló que había iniciado un proceso de hormonación, pero a medio camino decidió abandonarlo, reafirmando su postura de que "no estoy conforme con el género porque, para mí, no existe. Ni el género ni nada". A pesar de su postura, destacó el apoyo de su familia, profundamente católica, en su camino personal. Incluso mencionó con naturalidad que su abuelo "es franquista", pero que nunca le había impedido ser ella misma.
El programa la emparejó con Susana, quien se definió como "no binaria" y "bisexual". Aunque la primera impresión fue positiva, pronto empezaron a surgir diferencias. "Pensaba que me pondrían a alguien trans, porque tú eres como yo… y quizás tenemos un poco de conflicto", dijo Mazedona. Mientras ella argumentaba que el género es "un constructo social que no debería existir", Susana defendió el uso de las etiquetas como "paraguas" para poder entenderse mejor y sentirse parte de algo. A pesar de las diferencias, ambas mantuvieron un tono educado y respetuoso durante la cita, pero las distancias ideológicas empezaron a notarse.
El giro inesperado llegó cuando Mazedona reveló que tenía amigas que votaban a Vox, lo cual dejó atónita a Susana. "Tengo amigas que son de Vox. Los polos opuestos, a veces, se atraen y eso es una realidad. He conocido padres suyos, homófobos, que a mí me quieren", afirmó Mazedona sin reservas. Esta declaración desconcertó a Susana, que no dudó en expresar su desacuerdo: "Yo creo que puedes conectar con todo tipo de personas, independientemente de su ideología, pero tener amigas, cerca, yo no podría". En privado, Susana aclaró aún más su postura: "No me veo yo con una persona, cuyas amigas sean de Vox. Para unas risas o para pasar un rato, sí, pero para ser amigas... no lo veo".
Otro tema que también sorprendió a Susana fue la aceptación que Mazedona recibió de su familia. "Mis padres, mis abuelos, mis tíos... me respetan", comentó Mazedona, añadiendo que, aunque su abuelo era "más de derechas", siempre la apoyó. Susana, visiblemente sorprendida, no pudo evitar interrumpirla para completar su frase con un toque sarcástico: "Es fascista, pero... un buen hombre, ¿no?".
A pesar de estas diferencias, la conversación entre ambas fluyó con naturalidad entre risas y reflexiones personales. Ambas hablaron sobre el amor y cómo buscan una pareja que comparta su visión del mundo. Al final de la cita, la decisión fue clara: aunque valoraron la experiencia, ambas coincidieron en que su conexión era más intelectual que romántica y, como era de esperar, decidieron seguir caminos separados.