El Gobierno israelí ha ampliado hasta el miércoles la detención de una activista española de la Flotilla Global Sumud, después de que fuera acusada de morder a una miembro del personal médico de la prisión de máxima seguridad de Ketziot, en el desierto del Néguev. Según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, el incidente se produjo el domingo cuando la trabajadora “la acompañaba de regreso de una revisión médica rutinaria como parte de los preparativos para su deportación prevista para el lunes”.
En un mensaje difundido en la red social X, el ministerio ha calificado el episodio de “ataque” y ha asegurado que la funcionaria “ha sufrido heridas leves y ha recibido atención médica en el mismo centro”. La policía israelí ha intervenido “para hacerse cargo del atacante”, según la misma fuente. El Servicio Penitenciario de Israel ha confirmado los hechos y ha precisado que la ciudadana española “mordió a una de las trabajadoras médicas al final de un reconocimiento médico previo a su liberación prevista para este lunes.
Aunque 21 españoles que viajaban en la flotilla con rumbo a Gaza ya han regresado a España, otros cerca de 30 continúan encarcelados en Ketziot. Fuentes diplomáticas apuntan a que todos serán deportados en los próximos días, después de ser interceptados por los militares israelíes en aguas internacionales el 1 y 2 de octubre, cuando intentaban llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Este lunes, el gobierno israelí ha informado de que 171 miembros más de la Flotilla Global Sumud han sido deportados a Grecia y Eslovaquia, entre los cuales se encuentra la activista sueca Greta Thunberg y ciudadanos de Grecia, Italia, Irlanda, Polonia, Dinamarca, el Reino Unido y los Estados Unidos. En el mismo comunicado, el Ministerio de Exteriores del ejecutivo de Benjamin Netanyahu ha reiterado que “todos los derechos legales de los participantes han sido y seguirán siendo respetados” y ha acusado a los activistas de difundir “una campaña de noticias falsas preplanificada”.
Por su parte, varios activistas españoles regresados este domingo a Madrid han denunciado maltratos y vejaciones durante su detención. “Nos hemos encontrado con una situación de intentar humillarnos y vejarnos”, han asegurado en declaraciones recogidas por Europa Press. “Un compañero decía que sentía que si fuéramos palestinos nos habrían asesinado. Ha sido un proceso constante de deshumanización, de intentar culpabilizarnos, con actos de hostilidad y privación de sueño.”
Entre los miembros de la flotilla viajaban también la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el concejal de ERC, Jordi Coronas, que han denunciado el trato recibido y han reclamado a la comunidad internacional una respuesta ante la represión israelí.
Israel, por su parte, mantiene que la Flotilla Global Sumud es “una provocación organizada” y defiende que las deportaciones se llevan a cabo “de acuerdo con la ley y respetando los derechos humanos”.