La Guardia Civil ha investigado a un chico de 23 años por la presunta autoría de un delito de maltrato animal al poseer, en el interior de una perrera, los cadáveres de tres perros atados y momificados en la localidad de Tuineje, en la isla canaria de Fuerteventura.
El Seprona tuvo conocimiento de los hechos después de recibir una llamada anónima, donde se informaba del posible maltrato de varios perros. Inmediatamente, la Patrulla del Seprona de Puerto del Rosario se trasladó hasta el lugar indicado.
Al llegar, pudieron comprobar como en el interior de unas instalaciones destinadas a perrera había tres cadáveres momificados de perros, atados por cadenas, motivo por el cual se inició la oportuna investigación para determinar las causas de la muerte y las posibles responsabilidades penales que puedan derivarse.
Activando el protocolo, recogieron los cadáveres con la ayuda de los servicios veterinarios de la Mancomunidad Centro-Sur de Fuerteventura, para su traslado y correspondiente estudio que determinará las posibles causas de la muerte, y todo ello quedará a disposición de la autoridad judicial.
PRIMERAS HIPÓTESIS
Según las primeras evidencias y una vez identificado el propietario, “estos habrían muerto por deshidratación severa por ausencia de agua, encadenados y por omisión de los cuidados debidos de su propietario, circunstancia que se vio agravada por las altas temperaturas alcanzadas en los meses de julio y agosto”.
Por todo ello, se le imputó al propietario de los perros un delito de maltrato animal por omisión de los cuidados debidos remitiendo el atestado policial al correspondiente juzgado de guardia y a la Fiscalía de Medio Ambiente en Puerto del Rosario.
Esta tipología delictiva está recogida en el artículo 340 Bis del Código Penal, con una pena de prisión de doce a veinticuatro meses, además de la pena de inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de la profesión, oficio o comercio que tenga que ver con los animales, así como para la tenencia de animales.