Un trabajador del sector energético en Gran Canaria, llamado Javier, ha vivido una situación insólita tras ser despedido mientras se encontraba en coma.El 1 de mayo de 2023, Javier cayó en coma debido a una meningitis neumocócica y, durante su estado de inconsciencia, su empresa decidió finalizar su contrato sin previo aviso, una medida de la que no se pudo enterar hasta que se despertó.
Javier, que había trabajado durante dos años con contratos temporales encadenados, se enteró de su despido en septiembre de 2023, cuando su hermana revisó su vida laboral y descubrió que su contrato había sido dado de baja el 3 de junio de ese mismo año, mientras él todavía estaba en coma.Alarmada por la situación, su hermana acudió a un despacho de abogados, donde presentaron una demanda por despido improcedente.Además, alegaron que la empresa había actuado en fraude de ley porque no había cambiado su contrato en indefinido después de tantos contratos temporales consecutivos.
Según informa eldiario.es, los abogados del trabajador se enfrentaron a una complejidad adicional: la ley establece un plazo de 20 días hábiles para impugnar un despido. Sin embargo, consiguieron demostrar que el estado de coma de Javier le impedía ejercer su derecho de defensa.
La empresa finalmente reconoció la improcedencia del despido antes de que el caso llegara a juicio, lo que resultó en una indemnización de más de 3.000 euros para Javier.