Un drama demasiado cotidiano donde confluyen la vejez, la enfermedad mental y unos servicios sociales que no siempre funcionan. Un vecino de Monforte de Lemos (Galicia) convivió alrededor de una semana con el cuerpo sin vida de su madre, aparentemente porque no llegó a darse cuenta de que había muerto.
Según informa La Voz de Galicia, la mujer, de 94 años, fue encontrada sin vida el pasado viernes, después de que la policía pidiera ayuda a los bomberos para entrar en su piso, porque el hijo, de unos 70 años y afectado por una enfermedad mental, no les abría la puerta.
UNA MUJER ACTIVA
Dolores González Casanova, el día que los servicios de emergencia entraron en su casa y la encontraron muerta, habría cumplido 94 años. La víctima, viuda desde hacía años, vivía con su hijo en el número 20 de la calle Celso Emilio Ferreiro.
La mujer, a pesar de su avanzada edad, se valía por sí misma y salía de manera regular de casa para hacer la compra, aunque en los últimos tiempos tenía que hacer paradas y sentarse a descansar. Tenía una completa lucidez y unas relaciones cordiales con el vecindario.
En cambio, su hijo, de 70 años, tenía un comportamiento errático y algunos arrebatos puntuales de agresividad, aunque nunca había provocado ningún incidente grave.
EL HIJO PIDIÓ AYUDA A UNA VECINA
Una vecina de la escalera con la que madre e hijo tenían una cierta amistad, fue la que escogió el hijo de la víctima para pedirle ayuda para acostar a su madre, cosa que le extrañó, ya que nunca le había pedido nada parecido.
Ante las dudas, llamó a la policía local, que se presentaron cuatro veces, aquel día, en casa de Dolores, pero el hijo no les abrió.
Carlos Cortés. La voz de Galicia
Al día siguiente volvieron, ya con la Policía Nacional, los bomberos y una ambulancia. Aquel día, el olor ya era alarmante en el rellano de la escalera. De hecho, hacía días que algunos vecinos habían notado un cierto olor en el patio de luces, pero no le dieron importancia.
En el piso no había ningún rastro de violencia. La autopsia demostró lo que todo el mundo pensaba, que la mujer había muerto de muerte natural. El hijo se dio cuenta de que a su madre le pasaba algo, pero no llegó a ver la realidad.
O no la quiso ver. Había encendido un calefactor al lado del cuerpo de su madre por si acaso había cogido frío. Dolores González Casanova fue enterrada este domingo en la intimidad familiar en A Pobra do Brollón. Su hijo se encuentra ahora internado en la unidad psiquiátrica del hospital de Calde, en Lugo.
