Igor Postolache, asesino condenado por la muerte de la menor asturiana Erika Yunga Alvarado, ha sido encontrado muerto en la celda donde cumplía condena. El hombre fue condenado a prisión permanente revisable y este mismo miércoles debía ser trasladado a otro centro penitenciario.
Según fuentes penitenciarias citadas por el diario 'El Comercio', los funcionarios de prisión se han encontrado su cadáver en la celda y todo apunta a un suicidio, a pesar de que Postolache contaba con vigilancia desde el pasado mes de abril, cuando se le trasladó al módulo donde estaba.
Igor fue condenado a prisión permanente revisable por la muerte de la menor, que ejecutó con ensañamiento y brutalidad, y a 12 años y seis meses de prisión por agresión sexual.
Mató a Erika con ensañamiento y la violó
Los hechos sucedieron el 5 de abril de 2022 en un edificio del número 69 de la calle Vázquez de Mella, en Vallobín, cerca de Oviedo. La Fiscalía demostró que el condenado estuvo días controlando los horarios de la menor y de sus familiares, preparando el ataque. De hecho, los vecinos y familiares de la niña ya sabían que el hombre tenía fijación en la niña y ya la había acosado antes.
Finalmente, interceptó a la niña en la entrada del edificio. Erika llamó al interfono del edificio y el agresor la atrapó y la apuñaló con ensañamiento. Después la arrastró al interior del piso, donde la violó.
El padre de la menor, sospechoso porque había abierto la puerta a la menor, pero ella no subía, bajó y se encontró la entrada llena de sangre, momento en el que llamó a la Policía. Al llegar, los agentes accedieron al piso y se encontraron el cuerpo de la chica, ya sin vida. Había muerto en solo 10 minutos desde el ataque.
Igor se había encerrado en el baño y se hizo cortes en los brazos, tórax, cuello y en la cara, antes de que la Policía lo detuviera. En su casa encontraron cinta de embalaje, bridas y un cuchillo escondido entre la ropa.
El agresor había perdido mucha sangre, pero sobrevivió después de ser ingresado en estado grave en el hospital.