Álex, el niño de 9 años secuestrado, violado y muerto en solo media hora

21 de marzo de 2023 a las 11:34h

El juicio que se está celebrando estos días contra Francisco Javier Almeida, presunto asesino de un niño de 9 años en la localidad de Lardero, cerca de Logroño, ha hecho revivir un crimen que perseguirá a los habitantes de la localidad durante décadas.

 

Y lo hará porque nadie se explica el cúmulo de despropósitos que llevaron a aquel fatídico día en que Álex fue secuestrado, violado y asesinado en solo media hora.

 

El sospechoso acababa de salir de la prisión, donde había pasado más de 20 años por una agresión sexual y asesinato a una mujer de 26 años. Él mismo, durante juicios previos, había alertado de que "era un peligro" y que "tenía un instinto que no podía controlar". Casi todos los miembros de la Junta de Tratamiento de la prisión de El Dueso, donde estaba interno, votaron en contra de su puesta en libertad por riesgo de reincidencia. A pesar de todo, recibió el tercer grado y se le permitió abandonar la prisión.

 

El hombre se mudó a la localidad de Lardero y alquiló un piso frente a un parque y una escuela. Los vecinos, que conocían su pasado, pidieron una y otra vez que alguien pusiera algún tipo de control a la situación, porque alumnos de la escuela ya lo habían pillado mirándolas desde la ventana de su casa.

 

Días antes del crimen, el acusado ya había intentado llevarse a una niña de 12 años, sin éxito. Pero durante la celebración de Halloween, Francisco confundió a Álex con una niña, ya que iba disfrazado de la niña del Exorcista y lo convenció para ir a su casa a ver un perrito. Una vez allí, lo llevó a su habitación y lo agredió sexualmente, poniéndole el brazo en el cuello para evitar que gritara o pidiera ayuda y matándolo por asfixia.

 

Unas niñas que estaban en el parque y vieron al hombre llevarse a Álex alertaron a los vecinos y a la Policía, que comenzaron a buscarlo. Desgraciadamente, no llegaron a tiempo y encontraron a Francisco en el portal de su casa con el cuerpo del niño en brazos mientras bajaba al parking a buscar el coche.

 Los vecinos de la localidad no se explican cómo nadie hizo nada para evitar esta situación. Por qué un hombre condenado por agresión sexual y asesinato salía a la calle antes de cumplir su condena, sabiendo que no estaba rehabilitado. Por qué se le permitió alquilar un piso frente a una escuela. Y por qué no se estableció ningún dispositivo de vigilancia que controlara su día a día. Tampoco se explican que, a pesar de las quejas de padres y vecinos, nadie interviniera. Durante el juicio, Francisco ha negado la violación: "Solo recuerdo que Álex empezó a gritar, y yo le puse las manos encima y ya no sé qué pasó. No puedo decir qué hice, fue todo muy deprisa". Ahora podría ser condenado a una pena de prisión permanente revisable por el asesinato y a 15 años de prisión por agresión sexual.
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C CIUTAT
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