Hago un balance muy positivo y a la vez soy consciente de que nos queda mucho por crecer y mejorar, pienso que es modesto y humilde decirlo. Cuando digo que es muy positivo me refiero al hecho de que hemos dado un cambio de imagen muy importante a esta ciudad, tanto en lo que se refiere a los gestos, como en la actitud hacia la ciudadanía y las entidades. Nosotros hemos hablado de valores paisajísticos, hemos preguntado por qué se hacía el pregón de Santa Tecla de puertas adentro, cuando debe ser del máximo prestigio para la ciudad y de puertas afuera mirando a la ciudadanía. También nos hemos posicionado en cuestiones que son de injusticia contra la humanidad como las vulneraciones de derechos humanos, clamando sin complejos las libertades políticas y combatiendo la discriminación de género, la lucha por la igualdad, el tratamiento de las personas refugiadas, y tantas otras causas. Por tanto el balance, en su aspecto más positivo, es que somos un gobierno joven que viene muy ilusionado con mucho empuje para hacer cosas ambiciosas a través del presupuesto que aprobaremos pronto. El balance autocrítico es que, efectivamente, somos un gobierno nuevo, de 9 personas, y por tanto estamos aprendiendo, aunque tenemos mucha capacidad de aprendizaje, y eso es lo importante.
Una de las demandas de la ciudadanía es tener una Tarragona más adaptada a las personas con movilidad reducida. ¿Desde el gobierno qué propuestas plantean?
Desde el gobierno tenemos un Plan de accesibilidad y sacaremos adelante su cumplimiento, invirtiendo más de una partida del presupuesto en mejoras de accesibilidad en la ciudad. Serán unas mejoras que afectarán al transporte público, la vía pública y los edificios municipales, como los Centros Cívicos. Nuestra línea es que cada año hagamos los deberes mejorando la accesibilidad de estos espacios y llevaremos a cabo acciones como rebajar los accesos a los pasos de peatones.
Últimamente ha mencionado que el tan esperado carril bici entre los Campus universitarios y la plaza Imperial Tàrraco verá la luz en 2020.
Esta es una de las apuestas fuertes que haremos de legislatura, que no es otra que plantear los criterios de movilidad de Tarragona. El principio filosófico es que la ciudad debe ser primero para las personas, después para los vehículos de movilidad personal y el transporte público, y finalmente para motos y coches eléctricos y de otros. Este principio ahora lo tenemos completamente invertido porque tenemos la ciudad diseñada y dibujada para que los coches se sientan cómodos. Lo que tenemos que hacer es crear espacios para las personas y dentro de este cambio de mentalidad es primordial desincentivar el uso del coche a favor del uso de los vehículos de movilidad personal, bicis y patines eléctricos. Una parte esencial es dotar de infraestructura para que las bicicletas puedan circular con seguridad, y en este marco de cambio el carril bici es el protagonista principal. El año que viene haremos una apuesta muy importante haciendo una parte del carril educativo, la siguiente fase se realizará en el año 2021. La primera fase irá desde el Campus Sescelades, en la zona de Países Catalanes, enganchando la población de San Pedro y San Pablo y la de los Cuatro Garrofers, pasando por el puente hacia la rotonda y la avenida Cataluña, hasta llegar al Campus Cataluña y Marqués de Montoliu, hasta finalmente llegar a la plaza Imperial Tàrraco, donde el carril hará toda la vuelta. La segunda fase del carril educacional irá desde la plaza Imperial Tàrraco hasta coger el hilo de Poniente. Se trata de hacer un carril bici que una 18 centros educativos y la estación de autobuses, una apuesta muy interesante que no sólo es de movilidad sostenible y una manera segura, barata, eficiente y saludable de viajar, sino una cohesión de centro y barrios. Por otra parte aprovecharemos para hacer accesibles los pasos de peatones que nos encontramos a nuestro paso.
Estos meses se han reunido con las diferentes entidades vecinales de la ciudad y los barrios. ¿Qué conclusiones han sacado de estos encuentros?
La primera conclusión que sacamos es que mucha gente piensa que su barrio es el que está peor. Es cierto que hay muchas carencias acumuladas a lo largo de los últimos años, y que ha habido un estado de abandono y dejadez. Nos hemos reunido con muchas asociaciones de vecinos y federaciones y la conclusión es que hay carencias muy fuertes que tenemos que atender. Nuestro reto es poder intervenir en los puntos principales de todas estas demandas que hacen los vecinos, aunque tendremos que actuar de forma escalonada. Esto se traduce en hacer actuaciones de microurbanismo y de mejora del espacio público en toda la geografía de la ciudad de Tarragona.
En cuanto al edificio del Banco de España, ¿tienen algún proyecto en mente?
Tenemos un proyecto por el que hacemos una apuesta importante en los presupuestos. Consiste en hacer una especie de banco de la ciencia y conocimiento de la mano de la URV. Esto permitirá revertir la situación de abandono que lo tenemos ahora y convertirlo en un elemento de dinamización del centro de Tarragona. Será un espacio donde la Universidad pueda abrirse a la ciudadanía explicando sus proyectos más punteros y un polo de atracción para que los mismos tarraconenses y los visitantes visiten el Banco de España y participen de las actividades.
¿Y algún proyecto para el espacio ocupado por el Fortín de la Reina?
Este espacio está destinado a volver a ser un restaurante. Estamos trabajando en un proyecto para recuperarlo haciendo la tramitación correctamente.
Recuperar el embaldosado de la Rambla es otra de las peticiones de los habitantes de Tarragona. ¿Será una realidad?
Para nosotros una de las cuestiones de legislatura es arreglar la Rambla Nova que está en muy mal estado. Arreglarla implica uniformizar el pavimento. Sobre si debe ser embaldosado o no tendremos que ver porque el pavimento tiene ventajas y no debe ser todo del mismo color o de la misma textura. La gente con el pavimento no resbala, en cambio las baldosas son problemáticas, unas se rompen, otras se llenan de agua, y son caras y difíciles de mantener.
¿Tienen alguna alternativa estéticamente más bonita para los bloques de hormigón ubicados para evitar atentados?
La tenemos y estamos trabajando en ellas. El anterior gobierno los puso por razón de los atentados y nosotros entendemos que debe haber elementos que nos protejan de estos hechos, pero no hemos entendido nunca por qué se ha tardado tanto en cambiarlos. Nuestra obsesión es sustituirlos lo antes posible y ahora mismo tenemos la contratación entre dos empresas. La idea es cambiarlos por unos recuadros más elegantes que hagan la misma función y que no tengan el impacto estético que tienen los de ahora.
