Entrevistamos a Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll por Alianza Catalana. Su proclamación como alcaldesa fue toda una sorpresa por toda Cataluña. Hoy conocemos sus ideas.
¿Cómo fue el momento de ser proclamada alcaldesa? Llevaba la barretina de su abuelo.
Fue bastante impactante porque realmente esperábamos que pactasen. Nuestra idea era que pasaríamos a la oposición, a pesar de haber ganado las elecciones. Ni en nuestras mejores previsiones habíamos valorado gobernar Ripoll. En campaña electoral sí vimos que la ciudadanía nos apoyaba y que podríamos hacer un buen papel, pero nunca nos podríamos imaginar que podríamos ganar unas elecciones. Pasar de un concejal a seis era bastante improbable, pero evidentemente el objetivo cuando nos presentamos era algún día poder aplicar las políticas que defendíamos y, por tanto, estamos muy satisfechos de haber podido ganar estas elecciones.
No he podido aprobar los presupuestos. ¿Qué cree que ha fallado en estos presupuestos por no tener la aprobación de la mayoría?
Bien, yo creo que las otras formaciones políticas después de los cordones sanitarios, después de estigmatizarnos durante todos estos años… No se pueden permitir aprobarnos unos presupuestos en Alianza Catalana. Desde el minuto 0 éramos muy conscientes de que los presupuestos no se aprobarían. Sin embargo, los hicimos porque teníamos que trazar durante el año 2024 la planificación y a dónde dirigíamos las partidas. No pasa nada por no haberlos aprobados, no es ningún drama, realmente con los presupuestos prorrogados no es ningún drama, tenemos margen de maniobra para poder hacer redirecciones de partidas y modificaciones de crédito a base de decretos de bacheo sin pasar por sala de plenos, sí que algunas cosas las tendremos que pasar por sala, pero en este sentido estamos tranquilos porque todo lo que hacemos, lo hacemos en beneficio de los ripolleses, ellos han demostrado lo contrario, para perjudicarnos a nosotros están dispuestos a perjudicar al conjunto de ciudadanos. Tenemos la conciencia tranquila, estamos haciendo las cosas bien dentro de nuestras posibilidades y pienso que el pueblo de Ripoll lo sabrá valorar.
¿Qué supuso para usted, que se declarara por unanimidad ‘personas non gratas’ a los tres terroristas vivos?
Esta moción que aprobamos ahora ya la había presentado yo cuando era concejala y todo lo demás me había votado en contra. Aprovechando que ahora teníamos la Procuraduría quiso volver a recuperarla, porque pensé que fue un error gravísimo por parte del resto de concejales y les quería dar la oportunidad de enmendar ese error. Supongo que no se vieron en corazón de tumbármela ante la presión popular de los ripolleses. Es un pequeño triunfo, pero con mucha fuerza simbólica. Pienso que a nivel de ciudadanos está muy presente la indignación que nos generó el acto terrorista.
¿Cómo ha quedado la polémica de los padrones?
Yo creo que durante años y cerraduras los diferentes gobiernos que ha habido, no sólo con respecto a Ripoll sino también a nivel catalán, han priorizado aumentar el censo municipal para poder tener más ayudas y más subvenciones a cualquier precio. El objetivo era crecer a cualquier precio. Entonces creo que hay un descontrol absoluto en el padrón de los municipios con unos fraudes y unas astucias impresionantes; personas que se empadronan en viviendas donde no residirán nunca para tener acceso a nuestra sanidad pública y poder pedir subvenciones públicas. Eso no lo podemos permitir y por eso implementamos estas medidas de control y fiscalización. Queremos comprobar y verificar los datos y ver que el padrón se ciñe al municipio. El problema no es que Ripoll controle el padrón, el problema es que en media Cataluña no se controla. Ahora llevan la documentación, nosotros la verificamos, se emite un informe jurídico y si se detectan indicios de sobreocupación, se envía a la Policía a comprobar quién vive realmente. Si existe la sobreocupación, se denuncia a la Generalitat y si no vive allí, se desestima el empadronamiento. Este control requiere unos días.
¿Qué problemáticas de Ripoll se ha ido encontrado en estos seis meses dentro de la Casa de la Villa?
Bien, hay muchas problemáticas. Tenemos problemas en cuanto a la vivienda porque no hay pisos de alquiler. Por cierto, queríamos llegar a un pacto con la Fundación Eduard Soler para poder hacer un bloque de pisos por gente joven y es un proyecto que fue tumbado por la oposición. También tenemos un problema a nivel laboral, porque mucha gente joven no encuentra trabajo en nuestro municipio y se ven obligados a marcharse. Yo siempre lo explico, de mi aula, solo quedamos cuatro, el resto o están en Barcelona o están por Europa. Tenemos una población realmente envejecida, que tienen dificultades y que a menudo no encuentran apoyo del Consorcio de Bienestar Social. Estamos tratando de dirigir partidas municipales para poder mejorar la calidad de vida de esta tercera edad. Problemáticas hay muchas: el tema de la inmigración, la inseguridad, que muchas veces va vinculada con esta inmigración, el tráfico de drogas que también va vinculado con la inmigración… Supongo que más o menos tenemos las problemáticas generalizadas en todo el territorio.
¿Qué hay de los actos de cultura, comercio y ocio? ¿Qué ideas tiene alianza catalana?
Evidentemente, nuestro programa electoral incluye ideas y propuestas en todos los ámbitos, a nivel cultural hemos hecho una apuesta muy clara en la cultura catalana y en la defensa de nuestras tradiciones. También hemos implantado los juegos florales, hemos recuperado la hoguera de San Juan y estamos intentando recuperar la fiesta de los Tres Tombs. De iniciativas culturales hay muchas y eso para nosotros prioritario. En Ripoll el turismo nunca ha terminado de funcionar y eso obviamente resiente el comercio local. Hoy en día hay pocos comercios y los que hay tienen dificultades para llegar a fin de mes y en este sentido trabajamos con la Unió de Botiguers para poder revertir un poco la situación.
Carles Campuzano le recordó que se debe garantizar la educación y la sanidad a los menores. ¿Usted cree que Ripoll no la garantiza?
Yo creo que lo que se debe garantizar es que nuestros hijos accedan a una educación en condiciones. Lo que no puede ser es que cada mes lleguen alumnos de “quién sabe” qué país que no hablan catalán y que no tienen conocimientos de ninguna materia y estos sean introducidos en las aulas de nuestros hijos retrasando el conjunto de alumnos del aula. No puede ser que incentivemos de esta manera el fracaso escolar catalán, es inviable. Debemos garantizar y proteger los intereses educativos de nuestros hijos. Para ello, probablemente deberíamos frenar la inmigración que continuamente llega y continuamente modifica los proyectos educativos. Cuesta mucho dar clases en estas condiciones. Lo que tiene que hacer la Generalitat es velar por los intereses de nuestros alumnos, que no lo está haciendo, y quien tiene que garantizar el acceso a la educación es la Generalitat, no Ripoll. Es competencia suya.
¿Se ha reunido con la Diputación de Girona? ¿Hay proyectos que quieran desarrollar juntos?
Evidentemente que tenemos algunos tratos, sobre todo para pedir subvenciones, para poder desarrollar proyectos municipales. Es evidente que cuando las instancias o las administraciones superiores están gobernadas por partidos políticos que confrontan directamente tus ideas es muy difícil que devuelvan las subvenciones, el trato no es igual.
¿Dónde ve Ripoll en los próximos tres años? ¿Cómo le gustaría acabar el mandato?
Cómo acabará el mandato es difícil de averiguar por qué la moción de censura siempre está aquí presente. En cualquier momento la oposición puede decidir hacer este gobierno de concentración antinatural y quitarnos el poder municipal. Estamos satisfechos de lo que hemos hecho en este poco tiempo y pienso que los ripolleses valoran muy positivamente nuestro trabajo.
