Pere Virgili: "Será una legislatura en la que los proyectos deberán ser revisados y aplazados"

28 de julio de 2022 a las 10:21h

¿Cuál es la situación del coronavirus en Roda de Berà?

Desafortunadamente estamos dentro de una segunda ola que nos ha llegado a veces en situaciones más difíciles que en los meses de marzo o abril. Sin embargo, a nivel de Camp de Tarragona los números son mejores que la media de Cataluña, pero en el municipio de Roda tenemos unos números bastante malos. La semana pasada teníamos una tasa de unos 180 por cada 10.000 habitantes, pero para nosotros 1 ya es mucho. Desde el inicio de la pandemia debemos llevar aproximadamente unos 120 positivos, pero como se va actualizando cada día no podría dar una cifra exacta. Estamos intentando llevarlo de la mejor manera que todos podamos y desde el Ayuntamiento facilitamos el teletrabajo a los trabajadores municipales y apoyamos al comercio, restauración y cultura que son los que lo están sufriendo más que nadie.

¿Desde el Ayuntamiento están impulsando ayudas?

Durante la primera ola abrimos una línea de ayudas y subvenciones al comercio. Destinamos una partida presupuestaria de 240.000 euros, pero sólo se han hecho solicitudes por un valor de 100.000 euros, ya que algunos no cumplían los requisitos o pensaban que no habían tenido unos ingresos inferiores al 25% y no se presentaban. Tampoco hemos cobrado durante el 2020 la tasa de ocupación de las terrazas de bares y restaurantes, se bonificó la recogida de la basura comercial y alguna otra medida más.

Seguramente, viendo cómo están afectando también los cierres de esta segunda ola, cuando tengamos un nuevo presupuesto a primeros de año se deberá destinar una nueva partida presupuestaria de ayudas al comercio y replantearnos nuevamente la tasa de recogida de basuras a los comercios que están cerrados y no generan. Tenemos que ayudar entre todos un poco a que puedan salir del atolladero económico provocado por la pandemia y las medidas tomadas por el gobierno, que está claro que se debían tomar de una forma u otra.

¿Qué valoración hace de la temporada turística de verano?

Dije en el mes de mayo que sería mala, pero no desastrosa y creo que así ha sido. Nosotros no tenemos instalaciones hoteleras más allá de pequeños chalets reconvertidos en hotel y, por tanto, no hemos sufrido mucho la falta de visitantes. Sí que es verdad que los tres campings que tenemos han trabajado al 50% y aquí hemos notado menos llegada de gente.

Por el contrario, la segunda residencia ocupa casi el 60% del parque de vivienda de Roda de Berà y este año ha venido toda y más tiempo, desde San Juan hasta la Diada. El crecimiento de estos segundos residentes se ha podido notar en la generación de residuos o en el aumento de los vehículos. También ha crecido la ocupación en las terrazas y los restauradores han tenido que trabajar mucho, pero ha sido un verano muy corto y no han podido recuperar lo que hubieran ingresado por Semana Santa o a principios de junio. Este año en Roda de Berà los comercios habrán podido sobrevivir, pero sufriendo mucho.

En la situación actual, ¿el Ayuntamiento ha tenido que replantearse algún proyecto o inversión que tenía pensado hacer?

Evidentemente, y aún se replantearán más. En el mes de marzo estábamos terminando de cerrar la aprobación de los presupuestos de 2020, pero a raíz de la aparición de la pandemia de la covid-19 paramos máquinas y decidimos trabajar con presupuestos prorrogados después de muchos años y creo que acertamos. Modificamos el presupuesto de 2019 bajando partidas que iban destinadas a fiestas o cultura para inyectar dinero a las partidas de servicios sociales, atención a las personas, subvenciones al comercio, colocar informadores en la playa, etc. Tuvimos que hacer una repensada importante para terminar el año.

Ahora estamos intentando empezar a negociar un presupuesto para el año que viene que ya será diferente, en el que ha cambiado la coyuntura y hay una relajación en las medidas de estabilidad presupuestaria establecidas por el gobierno central y, por tanto, tenemos que terminar de mirar todo esto cómo nos repercute. Será un año y una legislatura en la que aquellos proyectos que nos hicieron llegar en muchos casos deberán ser revisados y aplazados por otro gobierno.

A la gente si lo explicas bien lo entiende todo. Si había una inversión prevista en algo, se deberá repensar para poder mantener una línea de ayudas al comercio existente para evitar que cierre o para seguir atendiendo a la gente que lo necesita porque no ha podido trabajar en verano como es habitual. Está claro que modificaremos los presupuestos de 2021, pero también los de 2022 o 2023 y no serán como preveíamos cuando hicimos el programa electoral.

Hace unos días se decidió congelar las tasas e impuestos del municipio. ¿Por qué?

Precisamente para ir rebajando la presión fiscal sobre los vecinos. Desde hace unos años la tónica es ésta e, incluso, habíamos ido bajando el IBI, manteniendo el recibo de la basura a pesar de cambiar el sistema de gestión, el impuesto de vehículos, las licencias de construcción... todo para intentar bajar la presión fiscal que sufren los vecinos durante cada día del año. Lo más fácil es subir la presión fiscal y mejorar los servicios, lo complicado es bajar la presión fiscal manteniéndolos y mejorándolos de vez en cuando.

Ahora no es el momento de subir impuestos y, si conviene, que los ayuntamientos nos endeudemos. Por suerte nosotros tenemos una ratio de endeudamiento en torno al 6%, cuando por ley se permite llegar al 110%, por tanto tenemos mucho margen de maniobra y entendemos que si hay que endeudar para mantener servicios sin subir la presión fiscal, lo haremos. Esta pandemia no la debe pagar sólo aquel ciudadano que vive en Roda de Berà durante el año 2020 o 2021, sino que se debe pagar en diez años. Esto se hace yendo a un préstamo y repercutiendo este coste a unos diez años.

El hecho de que el gobierno central rebajara las medidas fiscales de los ayuntamientos nos ayuda, porque a veces teniendo remanentes positivos todo debía ir a enjugar las deudas y no se podía invertir en cosas necesarias. Nosotros aparte de aumentar la partida a las ayudas a las personas, debemos intentar mantener un nivel de inversión importante, porque si es en vía pública, genera riqueza sobre el municipio. Si encargamos una obra a una empresa, la empresa debe contratar personal y éste cobra a final de mes, entonces se puede ir al restaurante a comer y así acabamos inyectando dinero a la economía.

¿Por qué decidieron suspender el carnaval con tanta antelación?

Porque la gente que prepara las comparsas y las carrozas trabajan con mucho tiempo de antelación y tampoco podemos crear falsas expectativas. Nosotros en verano mantuvimos un nivel de fiesta mayor con algunos actos centrales e intentamos hacer actos culturales con todas las medidas de seguridad, pero esto se trabaja a largo plazo. Es una tónica que están siguiendo la mayoría de ayuntamientos. Es una lástima porque el año pasado habíamos dado un salto de calidad y de cantidad importante, con más carrozas y comparsas que nunca, pero este año tenemos que entender que no es conveniente hacerla y no queremos crear falsas expectativas a toda aquella gente que está seis meses trabajando y que después se encuentren con una carroza que no la puedan aprovechar para nada.

¿El FIC-CAT de 2020 se tuvo que posponer. ¿Confía en el hecho de que se pueda celebrar el de 2021?

Espero que sí. Hablamos mucho con el comité organizador porque la primera idea era intentar mantener la cultura y trasladarlo a octubre, pero desafortunadamente el tiempo nos ha dado la razón cuando terminamos decidiendo saltar directamente a la edición de 2021. Espero que esta vez la podamos hacer con una relativa normalidad. Quizás no podremos poner tanta gente el día de los estrenos y tendremos que mirar otras fórmulas, pero la cultura necesita seguir viviendo. La gente de la cultura tiene la mala costumbre de comer cada día y no les está siendo nada fácil.

Se ha llevado a cabo una renovación de los parques infantiles en los últimos meses.

Desde hace unos años pusimos en marcha por un lado una campaña de mantenimiento de los parques infantiles y por otro lado una de renovación. Esto hace que cada año intentemos ir poniendo 4 o 5 al día, no sólo ir manteniéndolos, sino que se van renovando. En este aspecto hemos optado por parques más inclusivos que permitan el acceso a los niños con disfunciones de movilidad.

Aprovechando el día de Todos los Santos, se hizo en el cementerio un espacio para recordar a los niños no nacidos.

Cuando no había ningún espacio así en toda la provincia de Tarragona, parece que Torredembarra, Altafulla y nosotros nos hemos puesto de acuerdo y hemos hecho unos espacios muy parecidos, sin copiarnos. Está muy bien que surjan estas ideas en el Baix Gaià. Creo que es de agradecer para las familias que han perdido a un niño antes de nacer o justo después de nacer y que por aquellas cosas extrañas que tenemos como sociedad aún no se consideran niños y no se pueden enterrar en un cementerio convencional.

Este espacio permite que las familias puedan ir a recordar y llorar por estos niños que no llegaron a nacer. La verdad es que, cuando entras en el cementerio y te pones delante de este espacio, da escalofríos de ponerte en la piel y empatizar con aquellas personas que han tenido la desgracia de que les haya pasado esto y que tienen todo el derecho del mundo de recordar a sus hijos.

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Julio Collado
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