Abogado desde hace más de veinte años, Òscar Aparicio es el nuevo alcalde de La Bisbal d'Empordà. Aunque ya ejerció en la legislatura de 2011 a 2015, esta vez ha sido un pacto con Junts y Tots per la Bisbal lo que ha hecho que el líder del PSC sea quien gobierna en la ciudad. Tiene claro que su principal objetivo es salvar su ciudad natal de la mala gestión de los últimos ocho años.
Hagamos un poco de balance de los casi cien días de mandato como alcalde en la Bisbal de l'Empordà.Nos encontramos una situación complicada económicamente y organizativamente hablando. Teníamos un presupuesto que se hizo muy ajustado, con gastos que estaban contados para nueve meses, no para todo el año, y con unos ingresos que estaban muy elevados, por encima de lo que era razonable. Esto ya lo denunciamos los tres partidos que ahora formamos el gobierno, sobre todo en el último año, cuando se aprobó el presupuesto. Cuando hemos entrado nos hemos encontrado con esto, con gastos que en el mes de julio ya no tenían partida presupuestaria (como el alumbrado, combustibles, gas, etc.). Así pues, estos primeros cien días, en el ámbito interno hemos tenido que hacer toda esta tarea de poner al día, de hacer modificaciones de crédito para dar cobertura a todo.
Si tuviera que definir los tres ejes clave de lo que llevan de mandato, ¿cuáles serían?Por un lado, nos hemos dedicado mucho a complementar todas aquellas inversiones que no estaban presupuestadas. Con esto hemos conseguido 320.000 euros más para poder hacer inversiones de todo tipo, por ejemplo, arreglar las goteras que teníamos en el hospital geriátrico, arreglar las goteras del pabellón ferial, cambiar el agua caliente sanitaria o cambiar el alumbrado de todo el campo de fútbol.
El segundo eje es hacer un plan de choque de limpieza de la ciudad. La ciudad estaba muy sucia, muy destrozada y lo que hemos hecho es dividir la ciudad en 8 sectores, mirar qué se necesitaba en cada uno de estos y hacer esta planificación con una inversión de 410.000 euros (de limpieza, de alumbrado). Internamente, hemos cambiado la estructuración de contratación y hemos hecho un plan que esperamos a finales de 2024 tener regularizado y dar cumplimiento a la Ley de Contratos del Sector Público para licitar todos los servicios que sean necesarios.
Y el tercer eje es todo el tema de ocupación y formación. En La Bisbal d'Empordà, el paro es de los más altos de la provincia de Girona y sobre todo en el colectivo de más de cincuenta años que cuenta con un 40% de gente parada. Lo que hemos hecho es cambiar toda el área, cambiar todos los cursos que había, o más que cambiar, empezar a programar algunos que no estaban.
Hablando de las elecciones que hubo el pasado mes de mayo y las consiguientes votaciones para la elección de alcalde, ¿cómo diría que vivió aquella etapa?Muy tranquilo. Somos una agrupación que, en las últimas elecciones del Parlamento en 2021, había tenido un 75% de voto independentista y, por lo tanto, ya sabíamos que como PSC era una cuestión complicada. Pero es verdad que el día de las elecciones, cuando vimos los resultados, si lo mirábamos desde un punto de vista estrictamente local, existía la posibilidad de hacer un pacto. Los tres partidos que habíamos estado en la oposición los últimos ocho años (nosotros, Junts y Tots per La Bisbal), habíamos coincidido en el diagnóstico de cambiar la ciudad y en las soluciones.
Por lo tanto, el pacto con Junts y Tots per La Bisbal, ¿surgió de forma natural?Los tres partidos, durante los últimos ocho años, habíamos presentado conjuntamente alegaciones al presupuesto, a las ordenanzas fiscales… Como resultado, yo tenía muy claro (y la misma noche electoral lo dije) que si nos basábamos solo en la ciudad de La Bisbal (y no en cuenta aspectos nacionales), el pacto estaba hecho. Y al final fue así. Creo que desde el primer momento se vieron muy claras las presiones que hicieron Cup y Esquerra de hacer un pacto con Front Nacional, pero todos teníamos muy claro que si se hacía solo en temas de ciudad, nuestro pacto estaba hecho. Por lo tanto, lo viví muy tranquilo. De hecho, todos contábamos con Junts, que era el partido que podía decantar la balanza hacia un gobierno independentista o un gobierno de ciudad y no podíamos hacer nada más que presentar nuestro proyecto y poder hacer las negociaciones. Fue una consecuencia lógica de los últimos años de dinámicas de ciudad.
Una de las carencias de la ciudad es la falta de seguridad. ¿Ampliarán el número de presencias policiales por las calles de La Bisbal?Sí. Hemos hecho dos cosas, una ya inmediata: reorganizar la plantilla de personal que teníamos y que la policía se pase más por la calle, más patrullaje a pie, recuperar las patrullas conjuntas con Mossos d'Esquadra… Y la otra ya es más a corto plazo, a partir del presupuesto del año que viene y será básicamente incrementar la plantilla de personal.
Ha confesado que decidió presentarse como alcalde al ver la “pésima situación económica” que el gobierno está dejando a su ciudad natal. ¿Cree que está a tiempo de salvarla?Siempre explico que ya fui alcalde de 2011 a 2015 y entonces nos encontramos una situación similar. Era muy complicado pero en cuatro años fuimos capaces de enderezarlo. La gente ya sabe que sabemos hacer gestión, la hicimos en momentos difíciles como fue hace doce años y ahora es lo mismo. En este caso nos encontramos que estamos al 56% de Capítulo 1 y es muy complicado, pero bueno, ya hemos empezado a aplicar medidas para rebajar.
En cuanto al gasto del Ayuntamiento (servicios, actividades, alumbrado), tenemos un pequeño hándicap: la situación económica general. Para el año que viene ya contamos que si hiciéramos lo mismo, si no aplicáramos ninguna medida se incrementaría en 300.000 euros este Capítulo, por lo tanto, tenemos que hacer medidas de ahorro y de racionalización de todos los recursos. El otro hándicap que tenemos como Ayuntamiento es que el equipo de gobierno anterior en estos ocho años se ha endeudado mucho y todo esto no se empezará a pagar hasta justamente el año que viene. Esto nos supondrá también 400.000 euros de más que se tienen que pagar de intereses.
Además, el compromiso era que no subiríamos el IBI de forma general, al revés, el residencial lo tenemos que bajar porque está muy alto, y por lo tanto tendremos que hacer medidas correctoras en tema de sustituciones, de bajas, de aquellos servicios que no son necesarios o que no están bien coordinados. En definitiva, medidas de contención de gasto. Aceptamos el reto, para eso nos presentamos de nuevo y con muchas ganas de intentar mejorarlo.
Un tema clave en la nueva legislatura es la municipalización del agua. ¿Qué carencias y qué ventajas encuentra al respecto?Aquí nos hemos encontrado atados de manos. Cuando yo estaba en la oposición en 2010, ya anunciamos que este era un tema que se había hecho ilegal. Al final se declaró la nulidad, la empresa y compañía de agua nos llevó al juzgado y el Supremo nos dio la razón y el problema es que el equipo de gobierno anterior no hizo nada para municipalizar este servicio. Tanto es así que solo entrar se hicieron tres informes, las áreas de intervención de secretaría y de servicios públicos diciendo que no se había hecho nada para municipalizar y que, por lo tanto, no podíamos porque no teníamos nada establecido ni organizado. Vista esta situación, lo que haremos en este pleno del mes de octubre será empezar a hacer los trámites de un contrato de prestación del agua que sea de tres años o un contacto puente. Mientras tanto, haremos que el servicio nos lo abastezca alguna empresa y hacer todo lo que se tendría que haber hecho en estos ocho años: poner a punto todo el Ayuntamiento para poder municipalizar el agua. Para hacerlo, se tiene que hacer bien hecho porque después la población se siente desencantada de cómo prestas el servicio y es cuando sientes aquello que se dice: que la gestión privada lo hace mejor que la pública.
Han iniciado la preparación de un protocolo contra las ocupaciones conflictivas y la destinación de inmuebles a alquiler social. ¿En qué consistirá exactamente este plan?Aplicaremos una ley que yo hice en el Parlamento con quien ahora es el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, y con el partido de Junts que tuvimos la iniciativa. Lo que dice esta ley es que aquellos pisos de grandes tenedores que están vacíos y que tienen problemas convivenciales porque están ocupados, lo que hace es que el Ayuntamiento pueda iniciar judicialmente el desahucio y si lo consigue pueda quedarse el piso siete años. A partir de esta ley lo que estamos haciendo es toda una serie de medidas: evitar nuevas ocupaciones, movilizar este parque vacío y hacer procedimientos judiciales para intentar desahuciar a los ocupas que presentan ocupaciones conflictivas. Como que no hay jurisprudencia y hay pocas ciudades de Cataluña que lo hayan hecho, lo tenemos que hacer bien hecho y más contando con los recursos escasos que tenemos porque somos una población pequeña.
Por lo tanto, ¿las expectativas de cara a los años venideros, son buenas?Eso no me preocupa. Llevo veinticinco años de concejal, tengo mi trabajo, que no es la política. Es verdad que esta vez la combino con el trabajo del Parlamento, que es más profesional, y cuando he entrado en un Ayuntamiento lo que tengo claro es que voy siempre mirando por la ciudad y no tanto en si las medidas puedan ser beneficiosas para mí políticamente. Por lo tanto, no me lo planteo tanto en cómo irá de aquí a cuatro años, que no sé ni si me volveré a presentar o no, sino que me lo planteo pensando en cómo mejorar el día a día de la ciudad con servicios, gestión del Ayuntamiento… Como te he dicho antes, creo que la gente, cuando nos da confianza al PSC en La Bisbal, no lo hacen por motivos ideológicos, sino por la buena gestión. Con esta filosofía es como acepto siempre las legislaturas. Hacer buena gestión, hacer un Ayuntamiento mejor y después, de aquí a cuatro años que nos presentemos, intentar buscar la confianza pero no aplicando medidas para eso sino para mejorar la gestión del día a día.