Lily Brik: "Llegué al muralismo por casualidad y, a partir de entonces, me encantó y seguí la inercia"

28 de julio de 2022 a las 10:35h

Lily Brik es una artista leridana que ha recorrido diferentes rincones del mundo. Nació en Lleida, estudió el bachillerato artístico en el instituto Màrius Torres y más tarde el grado superior de diseño gráfico publicitario en la EAM. Es una persona libre y positiva. Aunque no se encierra en ningún estilo destaca por la técnica del muralismo, una técnica en la que reconoce que llegó por azar.

Quizás es una pregunta que ya te habrán hecho muchas veces, pero ¿de dónde sale el nombre de Lily Brik? Lily Brik sale de cuando yo hacía el bachillerato artístico, en una edad en la que aún no sabía qué quería hacer. Fue cuando vino una profesora sustituta, Marta Ballarín, cuando todo cambió, ya que empezamos a hacer actividades diferentes y sobre todo un trabajo final en el que teníamos que buscar un artista dentro de la historia del mundo y yo encontré a Alexander Rodchenko, investigando sobre la Segunda Guerra Mundial. Él descubrió una musa que le encantó y que se llamaba Lily Yuryevna Brik. Fue una de las mujeres más importantes de aquella época, que no se puede decir que fuera una modelo pero tenía unos ideales muy fuertes y la metieron en la cárcel porque era muy inteligente. Ella decía todo lo que pensaba en una época de represión. De Lily se "enamoraron" muchos artistas hasta el punto de que aquellos carteles típicos de la revolución rusa llevan su cara. Así pues, Lily fue una mujer que vivió hasta viejecita y diciendo lo que pensaba. Yo a partir de entonces terminé el bachillerato y decidí ser diseñadora gráfica por el poder de comunicación de un solo cartel y también me empoderó como mujer y pensé que quería dejar huella dentro de la sociedad. Finalmente, el nombre lo adopté cuando tuve que firmar mi primer grafiti.

En el mundo artístico eres Lily (como 'alter ego') pero en el mundo "normal" eres Mireia, ¿cómo es cada persona y en qué se diferencian? Tengo un problema justamente con esto que me preguntas porque a veces creo que he desarrollado una pequeña bipolaridad. Mireia siempre será muy tímida, reservada y que a la vez es muy sociable y extravertida pero le cuesta mucho hablar en público. En cambio, Lily es capaz de pintar murales muy grandes que se atreve a las alturas (Mireia tiene vértigo) y, por tanto, cuando me meto a pintar a muchos metros de altura soy Lily y esto me da poder y tranquilidad porque soy Lily y todo saldrá bien. Entonces sí, somos muy diferentes las dos aunque al final soy la misma.

¿Cómo decidiste dedicarte al mundo del diseño gráfico? Pues fue por casualidad, yo sí que tenía claro que me quería dedicar al diseño porque siempre me había gustado dibujar pero no era algo que creyera que me podía ganar la vida. Entonces cursé en la EAM el grado superior de diseño gráfico publicitario. A partir de aquí me fui a trabajar a una empresa diseñando ropa y luego logotipos entre Valencia y Bruselas siendo freelance y autónoma. Al estallar la crisis empezaron a bajar los clientes y cuando estaba en Bruselas me avisaron de un trabajo en una imprenta de Lleida y pensé lo pruebo y así vuelvo a casa con mis amigos y mi familia. Me cogieron y allí paró lo que era mi carrera como diseñadora.

¿Y en el mundo de los grafitis y el muralismo? Al mundo de los grafitis entré por azar, ya que yo estaba trabajando en la imprenta y me vino un chico que hacía grafitis y que venía muy a menudo a hacerse camisetas. Un día me dijo que me animara, que tenía mala cara, y me comentó que pintaba con spray y que fuera a probar con ellos aprovechando que iban a hacer un mural legal en el río. Yo al principio era reticente porque pensaba que el spray sólo servía para ensuciar paredes. Decidí ir y me habían dejado un rodillo para poder pintar yo. Hay que decir que me acogieron muy bien. También hay que decir que en aquella época estaba muy estancada, sin sueños y entonces me encontré con aquella gente tan maja que me hicieron sentir libertad. A partir de allí me enganché al spray y empecé a practicar en una casa abandonada que pertenecía a mi jefe y estuve allí durante dos meses. Volví a quedar con esta gente y vieron mi progresión y fue al cabo de 3 meses cuando me pidieron mi primer trabajo. Al ver que cobraba mejor un fin de semana pintando que en la imprenta, la dejé. Después de esto seguí la inercia.

A la hora de hacer un mural ¿intentas identificarte con el lugar donde lo haces o intentas informarte de las raíces del lugar? Intento saber la historia y hacérmela un poco mía. Yo después de que acepten el presupuesto (que es la parte fría del proceso) entramos en una fase muy romántica que es la de pasar muchas horas con aquella persona y que me explique cómo es y saber la historia de la pared. A partir de allí observo la pared y el entorno, miro qué colores pueden complementar, si hay mucho espacio o no para saber si puedo meter mucha información o no. La pared me dice y me limita todo aquello que no puedo hacer. También busco saber la historia del lugar y buscar alegorías históricas para encontrar un motivo. Creo que hacer esto es una manera de mostrar un respeto porque esta pared es de alguien más, no como un papel o lienzo, por lo tanto, cuando pinto, quiero que haya un 50% mío y otro 50% de la gente que hay allí. Después me pasa que cuando termino, no sé cómo me lo hago, pero todo el mundo me dice que es un Lily porque tiene un estilo y una esencia mía a pesar de que yo quiero que sea de los demás.

Has llevado tu arte por todo el mundo. ¿Qué es lo que más te gusta de esto y qué has aprendido? Lo que me encanta es la manera como se te abre la mente y conocer a la gente. Puedes aprender mucho las diferentes culturas. Lo que más me gusta es hacerlo a través del arte, vas a los sitios y te acogen muy bien, te cuidan muchísimo y te abren las puertas de casa. Esto lo hacen porque creen que lo que haces es algo real y necesario. Yo, de hecho, al principio tenía el pensamiento de que para pintar en sitios tenía que pedir permiso, ahora lo que me pasa es que hay gente que me pide permiso para poder hablar conmigo o hacerse una foto. Te vuelves como una superestrella sólo porque te estás expresando y esto pasa en todos los países donde he ido, tanto en países de África como en Suecia que parecen extremos. Es enriquecedor en todos los sentidos.

¿Alguna anécdota que te sorprende de tus viajes y del mundo de los artistas? Pues me sorprende la gran red de artistas que se extiende por todo el mundo. De hecho, yo tengo la peculiaridad de que me llevo bien tanto con muralistas como con grafiteros, que a veces hay batallas, pero yo soy híbrida porque vengo de los dos mundos y a mí nunca me han rayado ningún mural, me cuidan y me protegen muchísimo. De hecho, al avisar que voy a un lugar ya me recomiendan cosas y me meten muchas cosas a mi disposición para que esté a gusto y esto es genial.

Volviendo hacia nuestro país. Parece que últimamente se han puesto de moda los festivales en los que los grandes murales son los protagonistas, ¿qué piensas de este hecho? Pienso que esto cambiará pronto porque está yendo demasiado rápido y que todo el mundo puede pintar, que a la vez es positivo porque se dan más oportunidades, pero hay que tener en cuenta el respeto que comentaba antes y se debe tener en cuenta que la pared no es tuya y debes pensar bien lo que haces. Hoy en día cualquiera que tiene un pincel o un spray en la mano puede hacer cualquier cosa, yo desde el primer mural que he hecho hasta el último me pienso muchísimo lo que tengo que hacer. También se debe tener en cuenta que si hay tantos muralistas, todos pueden subir a una grúa o a un andamio y esto es muy peligroso porque muchas veces no se toman las precauciones necesarias y, de hecho, en los últimos meses ha habido muertos. Está muy bien que haya StreetArt y de hecho, soy la primera que lo defiende, pero debe haber cabeza y responsabilidad y pagarse un seguro, un autónomo y utilizar los métodos de seguridad.

Aparte de esto que nos comentas, ¿crees que la apuesta por estos formatos ha podido cambiar la concepción de los artistas urbanos? Sí, de hecho, esta es la parte más positiva. Antes he expresado mi gran preocupación pero también cabe decir que ahora cada vez que voy a hacer un mural me dicen nos gusta tu trabajo o niños me preguntan qué deben hacer para ser muralistas. Ha habido un cambio y a la gente le gusta lo que hacemos. Ahora ya no nos consideran unos vándalos y esto ha cambiado en cuestión de 5 años, repito, sólo 5 años. De hecho, cuando empezaba la gente me miraba mal y me preguntaban si tenía permiso, ahora esto ya no pasa. Ahora bien, también cabe decir que seguirán existiendo aquellos grafiteros que hacen pintadas sin permiso porque es un tipo de expresión artística que ellos harán siempre.

¿Crees que en nuestro país se apuesta lo suficiente por los artistas, o bien, queda lejos de otros países que sí lo hacen? Estamos realmente muy lejos de los otros países, de hecho, a los artistas aquí les cuesta mucho sobrevivir, yo por ejemplo, soy autónoma y tengo muchos gastos para poder sacar adelante dignamente mi trabajo y poderme comparar con todas las diferencias, con cualquier trabajo digno, de aquellos que muchas veces consideramos como "normales". Y entre otras facilidades, en otros países, las tasas de autónomo son mucho más baratas, cosa que te facilita mucho más poder vivir bien.

Desde hace un tiempo también te dedicas a dar clases a niños y niñas. Ahora, ¿hay un concepto que se empieza a utilizar que es el de metacreatividad (un movimiento que pretende transformar la sociedad a través de la creatividad y que el arte sea motor de otras corrientes o asignaturas)? Pienso que es necesario y que ya era hora porque la creatividad pienso que forma parte de nuestra sociedad. De hecho, el ser humano no es igual que hace miles de años y se demuestra a través de la creatividad. El hecho de haber sido creativos durante toda nuestra historia ha permitido que la sociedad esté en constante evolución. Creatividad quiere decir soluciones divergentes, por lo tanto, buscas diferentes soluciones para poder encontrar otras y esto es fantástico para poder evolucionar. Y yo pienso que cuanto más creativo más lejos llegarás.

¿Crees que hay la suficiente motivación, desde el mundo de la enseñanza, hacia las carreras artísticas? Considero que es muy complicado. Yo, de hecho, fui un fracaso escolar, a mí las clases me aburrían. Yo cuando llegaba a casa estudiaba con dibujos porque me resultaba mucho más fácil. Por lo tanto, considero que los caminos para aprender cosas pueden ser muy diversos y habría que ver cuál es el más adecuado y que dé libertad para aprender y a la vez todos vayan hacia el mismo canal, ahora bien, yo no puedo decir cuál lo es porque no soy educadora.

¿Qué consejo les darías a los jóvenes de hoy en día para motivarlos a emprender un camino relacionado con el arte? Sobre todo que no se rindan y que pasen de aquellas cuestiones o recomendaciones que sean negativas, que se queden con aquello que les sea positivo y esto les dará alas para poder volar. Se debe tener mucha fuerza y se debe ser muy positivo con todo. Luchad por aquello que más os gusta y creed en ello.

Y a nuestros lectores, ¿qué les recomendarías? Que intenten apreciar la tarea que hacen los artistas y que normalicen el trabajo de artista como el de cualquier otra profesión que a veces son consideradas como "normales". Se debe empezar a valorar el arte y dentro de él todas las vertientes como una profesión de la que se puede vivir. Para valorar hay que tener presentes cosas que deberían ser obvias, como de la misma manera que no regateas o pagas a un electricista, fontanero o ingeniero con dos cervezas, no hacerlo con un artista, ya que un artista también necesita una formación, también debe dedicar muchas horas y también utiliza unos materiales que muchas veces no son baratos, sea muralista, escultor o fotógrafo, entre muchos otros.

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C CIUTAT
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