¿Estamos ante tus últimas semanas como jefe de grupo?
Esta es la intención. Ya se ha acabado la legislatura que se suele atribuir. Son mandatos de dos años y ya llevo cuatro, así que ahora tocaría descansar. Pero todo dependerá de que haya alguien que quiera asumir el cargo, en caso contrario se alargará un poco más esta situación. Pero la idea es ir pasando a un segundo plano.
¿Cómo valoras los cuatro años como jefe de grupo?
La valoración no puede tener ningún otro punto de vista que el positivo. Cogimos al grupo en un momento que estaba en crecimiento sostenido y lo hemos podido mantener sin renunciar a subir el nivel. Estamos viendo grupos en el panorama casteller más allá de Tarragona que tienen un crecimiento más rápido que el nuestro, pero después el hecho de poderse mantener es donde radica la clave del éxito.
Nosotros en estos cuatro años hemos dado pasitos modestos temporada tras temporada, pero con la solvencia de poderlos ir repitiendo al año siguiente. Creo que podemos salir contentos de estos cuatro años y poder dejar al grupo habiendo alcanzado los forros, que hasta el momento era un horizonte completamente desconocido y muy anhelado por nosotros, y frecuentar gamma de 8 e ir empezando a hacer pruebas de otros castillos de más dificultad de esta misma gamma.
¿La mejor experiencia y la peor como jefe de grupo?
Aún no he podido agotarlo lo suficiente para quedarme con alguna mejor. Es evidentemente que durante estos cuatro años se han vivido momentos mágicos y fantásticos y al fin y al cabo cuesta quedarse con alguno. Podría ser el primer pilar de 7 descargado en Vila-seca en el encuentro de grupos del sur o el primer 2d8 que descargamos en la plaza de las Cols, que era la primera vez que lo probábamos y lo descargábamos. Creo que estos momentos pueden ser de los más importantes.
En cuanto al momento malo, sin ningún tipo de duda, es la caída del pilar de 7 de Sant Magí de 2018. Este fue el peor momento. Era un castillo que le teníamos mucha confianza y nos gusta muchísimo, pero reventó de la peor manera con unas consecuencias bastante negativas para la gente que lo hacíamos y después la temporada se vio gravemente afectada por este traspiés.
¿Cuándo se instaurará la nueva junta?
La idea es tenerla a principios de febrero. Hoy por hoy no hay muchos nombres en las quinielas, pero entendemos que cuando se haga la convocatoria se irán moviendo cosas. En caso contrario, seremos pacientes y veremos cómo evoluciona.
¿Cómo afectará el cambio de junta técnica?
La intención es que no haya un altibajo muy importante. De hecho, las anteriores juntas técnicas han sido bastante continuistas, los miembros de los equipos técnicos han ido rotando en cuanto a responsabilidades y siempre hemos intentado ir añadiendo gente que quisiera seguir el proyecto. Hoy por hoy está todo muy abierto para ver por dónde continúan los tiros, pero consideramos que tenemos la tranquilidad y la intención de que se coja el proyecto y se intente continuar.
Después cada uno aportará sus características y su saber hacer, pero hoy por hoy tenemos un modelo válido que funciona y creo que sería una desconsideración querer cambiar por completo el proceder que actualmente tiene la Colla Castellera de Sant Pere i Sant Pau. Por lo tanto, cambiar de jefe de grupo es un cambio importante, pero la voluntad de los equipos técnicos es continuar trabajando todos juntos y rotando para no quemar a la gente. Creo que se notará más en la visibilidad que puede tener el equipo que no en la forma de trabajar de este.
¿Qué objetivos os marcáis para este 2020?
Esto lo tendría que considerar la persona que lo tiene que capitanear, pero creo que los objetivos no deben ir mucho más allá de lo que hemos alcanzado hasta el momento. Estamos en un umbral en el que casi rozamos nuestro techo. Hablamos de que somos un colectivo que lleva un volumen de gente no muy elevado, pero sí suficiente para trabajar las estructuras que vamos realizando. Nos encontramos en un momento en el que para seguir apretando debería haber un incremento de masa social. Por lo tanto, creo que como objetivos uno pasaría por la vertiente social de incrementar esta masa y dar un aliciente más allá de los castillos para que la gente participe y el otro sería seguir soñando y trabajando en castillos que hasta el momento son inéditos para nosotros.
Este año la Colla Castellera de Sant Pere i Sant Pau celebra su 30 aniversario. ¿Qué se hará para celebrar esta efeméride?
Entendemos que son tres décadas y es lo suficientemente importante para celebrarlo. Hace unas semanas hemos puesto en marcha una comisión que se encargará de gestionar las actividades y eventos de celebración que se puedan realizar con motivo del 30 aniversario. La idea es intentar trabajar en actividades cada mes, entendiendo que los primeros meses del año quizás no son del todo propicios para hacer actividades relacionadas con el grupo y se dedicarán para formar los nuevos equipos de gobierno, tanto el técnico como el directivo. Pero más adelante se están planteando una serie de eventos que proyecten más al grupo y aumenten la visibilidad a la vez que los castellers y castelleres puedan disfrutar de este 30 aniversario. Lo que no sería del todo lícito sería dejarlo todo cerrado por parte de la junta en funciones y hasta que no se confirme la nueva junta no se hará público.