Carles Feixa, catedrático en antropología por la UPF: "Si no se tiene en cuenta lo que dice la juventud, tenemos un grave problema"

28 de julio de 2022 a las 10:34h

Carles Feixa Pàmpols es catedrático de antropología social en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Doctor por la UB y honoris causa por la Universidad de Manizales (Colombia). Durante muchos años, ha sido docente en la Universidad de Lleida previamente a dar el paso a la UPF. Especializado en el estudio de las culturas juveniles, ha llevado a cabo investigaciones sobre el terreno en Cataluña y México.

En primer lugar y, aprovechando los acontecimientos de estas últimas semanas, me gustaría preguntarte por qué los jóvenes salen ahora a protestar, de la manera como lo han hecho, y no tanto en otros momentos como después hubiera podido ser el referéndum del 1 de octubre?

De hecho, el 1 de octubre, nunca se ha dicho pero no se habría podido hacer sin los jóvenes. Quien guardó las urnas y también los colegios fueron los jóvenes, de hecho, muchos estudiantes, al menos aquí en Lleida.

Los jóvenes tienen un tipo de movilización que no es constante sino que es episódica y que aparecen cuando hay bloqueos sociales y/o políticos que los adultos no saben resolver y quien se atreve a dar un paso adelante es la juventud en general y los estudiantes en particular. Walter Benjamin, de hecho, tiene un texto donde habla sobre los jóvenes como indicadores de las evoluciones sociales. La novedad en este caso es la manera como han salido al escenario con un tipo de protesta en el cual el movimiento independentista que ha durado 10 años no estaba acostumbrado, es decir, con la utilización de lo que yo llamo una violencia de tipo performativo, que esto no es equiparable a terrorismo tal como dijo el ministro del Interior. Esta violencia performativa ya había sido utilizada en otros momentos y tiene la intención de mostrar la rabia y la impotencia ante un bloqueo que no tiene otras vías para resolverse.

¿Cómo es que en Cataluña salen los jóvenes en movimientos de izquierdas y no de ultraderecha como en otros lugares de Europa?

Digamos que la protesta actual enlaza con otras dos movilizaciones juveniles y sociales de otros años que también han sido protagonizadas por movimientos de izquierdas o movimientos progresistas. El primero fue el movimiento antiglobalización que en el ámbito internacional tuvo en Seattle o en Génova su máxima expresión y también, utilizando por un lado la protesta pacífica y en momentos puntuales esta violencia performativa contra las cosas no contra las personas y, a veces, contra la policía de una forma creativa ligada a las nuevas tecnologías. En Cataluña esto también surgió en las movilizaciones de 2001 cuando hubo una cumbre del fondo monetario internacional en Barcelona, el segundo momento es en la huelga general de 2010, previo al 15M, donde también hubo una protesta donde se quemaron contenedores y escaparates, donde también de nuevo eran estudiantes o colectivos anarquistas. Si ahora sucede esto, es porque en Cataluña, la hegemonía del independentismo la han tenido las izquierdas, desde la época de Pi i Margall o de Esquerra Republicana, esto por un lado, y por otro lado vale decir que muchos de los que han participado en estas movilizaciones no militan en ningún partido, van más allá y han sentido que era su momento de expresar lo que sentían.Lo más movilizador ha sido esta sensación de injusticia que ante el hecho de los que votaron el 1 de octubre veían como los que habían promovido el referéndum desde la sociedad civil, hubieran acabado en la prisión. Otro motivo es que también hay una dimensión lúdica o de comunión y, aunque pueda parecer contradictorio, no deja de ser una gran fiesta.

¿Crees que es una cosa local o bien se puede extrapolar a algo general?

Yo siempre he defendido que estos movimientos no son ni locales ni globales, sino que son "glocales". Hay un contexto internacional en el cualintervienen unos factores de marginación de la juventud económicos, políticos y sociales, que hacen que la juventud se movilicen periódicamente. Después también hay motivos más locales como hemos vivido aquí el caso catalán, pero también los jóvenes han liderado en Chile, Hong Kong y Costa Rica. En todos estos casos, aunque el incentivo de la protesta tiene motivos muy locales, los métodos que utilizan para protestar son muy similares. Hay métodos tradicionales y se han añadido los métodos a través de las redes sociales porque los jóvenes las utilizan mucho mejor que los adultos o, incluso, la policía.

¿Hasta qué punto las redes sociales han contribuido a la alienación/movilización de los jóvenes?

Las redes no son la causa de la movilización pero sí que son un instrumento adecuado para esta generación que ha crecido y se ha educado con las redes como fuente de información, ya que no leen tantos diarios ni ven la televisión. Por eso, Tsunami Democràtic ha tenido tanto éxito, porque ha sabido utilizar las redes. También hay un aspecto negativo que es la circulación de fake news y es muy rápida. Otro aspecto negativo es que la gente se tiende a encapsularse en unos determinados nichos ideológicos que impiden la mediación y hay muy poca empatía en los dos bandos.

Comentabas que los jóvenes siempre se han manifestado de manera episódica. Estas semanas ha sido mucho más a menudo, ¿crees que esto cambiará dinámicas o volverá a ser lo mismo?

Hay que diferenciar lo que es episódico de lo que es puntual. En este caso, en efecto, no ha sido una movilización puntual como el Gobierno pensaba, que habría dos o tres días de disturbios y que se acabaría, y no ha sido así, también hay que ver hasta cuándo se alarga. De hecho, el momento siempre ha estado allí y más que un tsunami es una ola, y aquí puedo hacer referencia a la película que es la metáfora de lo que sucede, hay una corriente subterránea que a veces genera una ola donde los que están en esta generación se sienten arrastrados a movilizarse y, hasta que no llega la ola a la playa, la ola sigue y puede durar muchísimo. En este sentido, como que lo que ha suscitado la ola hasta hoy no se ha resuelto, quizás con el nuevo gobierno, hay una vía de reconducción, los que están encima de la ola tienen que seguir y no pueden tirar atrás. En mi opinión, también es así porque aparte del tema de la sentencia e independencia, hay otras cosas que tienen en cuenta los jóvenes como la desigualdad generacional o las altas tasas y el sentimiento que en la sociedad los jóvenes no tienen voz.

¿Cree que los jóvenes creen en los liderazgos, o siguen a los liderazgos, o bien, actúan de una manera más autónoma?

Yo creo que el presidente Torra no es en ningún caso el líder de ningún tsunami, aunque algunos lo puedan pensar, porque no se mueve en su lenguaje ni sigue los mismos parámetros pero, sobre todo, porque las formas de organización de los jóvenes son más horizontales, que no quiere decir anárquicas, no hay una estructura centralizada sino una estructura que se denomina la inteligencia colectiva. Es una cultura colaborativa en la cual viven los jóvenes en que las redes fortalecen la estructura. No hay unos liderazgos absolutos pero sí unos canales de toma de decisiones que, a veces, la gente sigue. Aquí hay contradicciones porque esto explica que haya una ola, pero no puede explicar qué pasa cuando la ola se acaba y arrasa una situación, si no hay una concreción política, queda con un no res, por eso, los jóvenes pueden poner de manifiesto unos problemas que no están resueltos pero tienen dificultades para transformar estos problemas en soluciones si la sociedad no los asume.

¿Hemos visto que se han producido detenciones de personas migradas sin papeles en las manifestaciones independentistas? ¿Y por qué estos jóvenes se movilizan por eso?

Bien, habría que hablar primero con ellos, porque yo he hablado en el pasado, pero no directamente estos días. Sí que he hablado con chicos y chicas que pasan el trauma de haber cruzado el mar esperando un país que los acogiera y que se encuentran aquí, muchas veces como un infierno. Han detenido a jóvenes pero sí que ha habido un joven que en Igualada se ha suicidado. Un centro de acogida lo expulsó porque ya había cumplido los 18 años, supuestamente, es una contradicción. Los jóvenes estos se sienten excluidos y buscan en aquellas movilizaciones donde pueden ser más visibles el lugar donde poder ser alguien. El fuego es un elemento simbólico y si un joven quema algo es porque, quizás, dentro suyo hay una cosa que le quema. De hecho, en árabe, yo que he estado en Argelia y en Marruecos, el término que se utiliza para definir estos chicos es jarraga que quiere decir quemado, son los jóvenes que están quemados y están marginados familiarmente y políticamente. Estos jóvenes tienen dos opciones, o bien nos sumamos al ISIS, o bien, cruzamos el Mediterráneo. Los autoanomenados MENAS, que han cruzado el Mediterráneo, son jóvenes valientes que cruzan el mar para poder contribuir y trabajar y enviar recursos a sus familias. Si al cumplir 18 años no tienen donde ir es cuando pueden acabar en este tipo de movilizaciones los puede animar. Un último factor es que estos jóvenes no son árabes sino que son bereberes, y esta cultura tiene similitudes con Cataluña porque es una nación sin estado.

En 2015, afirmaba que la juventud como categoría social había muerto, ¿continúa pensando lo mismo?

Es una contradicción que ahora la juventud dura más que nunca, empieza antes que nunca y se acaba más tarde que nunca porque no se puede emancipar. En cambio, la sociedad o los adultos quieren ser jóvenes quieren imitar la juventud a través de la manera de vestir y el cuidado del cuerpo. Los jóvenes quieren dejar de ser jóvenes y no pueden, y los adultos quieren ser jóvenes y no pueden. Cuando digo esto no me refiero al hecho de que la juventud esté muriendo como sujeto social pero cuando una categoría social se extiende tanto deja de tener sentido. La juventud ya no es una fase de transición, sino que se ha convertido en una fase intransitiva.

En último lugar, a la juventud normalmente siempre se le ha dicho que es el futuro, pero quizás no se les tiene tanto en cuenta en el presente. ¿Crees que la juventud apunta a cosas que son importantes se les ignora?

Claro, este es el problema de fondo de nuestra sociedad y si no se da cuenta, esto no es sostenible. Nuestro sistema de pensiones y bienestar social y nuestra estructura económica depende de la juventud, porque la juventud es el sector más creativo y más innovador de la sociedad, tanto tecnológicamente como socialmente como culturalmente y si no se aprovecha esta energía, estamos perdiendo unos recursos humanos que son muy importantes. Por eso, no se puede proyectar la sociedad hacia el futuro, sino también en el presente. Yo planteo una reforma del ciclo vital que haga que desde la juventud la gente ya pueda tener responsabilidades y no tenga que esperar a los 35 años a tener un trabajo estable. Contrariamente, los adultos tendrían que irse reciclando, volviendo a la universidad o haciendo períodos sabáticos de reciclaje. El reto del futuro, a mi entender, es la cohesión intergeneracional que se está perdiendo que nunca como ahora había llegado a unos extremos de desigualdades tan grandes como, por ejemplo, entre un adulto y un joven en cuanto al salario es de 3 a 1 para hacer la misma tarea.