El papel de la militancia de ERC: la pieza clave para la investidura de Illa

Esta podría ser la semana decisiva para Salvador Illa.
Aunque todavía no se ha hecho público ningún acuerdo entre el PSC y ERC, se puede intuir que las conversaciones entre las dos formaciones están más que encarriladas.
De hecho, la visita de Pedro Sánchez al Palau de la Generalitat la semana pasada terminó de evidenciar que el acercamiento entre los dos partidos es bastante notable.
Esquerra fijó como fecha límite el 31 de julio para tener sobre la mesa un preacuerdo. Todo apunta a que esto será así, ya que entre hoy y el miércoles se podría hacer público.
No obstante, no será hasta el jueves cuando finalmente se sepa cuál es el futuro de la presidencia de la Generalitat. La militancia del partido republicano tendrá que avalar el pacto, y por tanto, decidir si el PSC cuenta con el apoyo de ERC para que Salvador Illa sea investido.

Hasta ahora, el entendimiento entre los negociadores del PSC y ERC ha sido bueno, ya que así lo han comunicado a las comparecencias en la sede republicana durante las últimas semanas.
En todo caso, los 10.000 afiliados volverán a tener un peso importante a la hora de decidir el rumbo del partido. Este escenario ya se ha producido varias veces para tomar decisiones importantes.
La última, en noviembre del año 2023, cuando la militancia avaló a comienzos de mes el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España.
Un 89% del total fue a favor y la participación fue del 43,61%.
La mayoría de ocasiones, los acuerdos de los dirigentes políticos han ido al compás de la decisión de sus militantes.
Pero ahora la situación podría ser bien distinta.

Contexto delicado en las filas republicanas

Esquerra atraviesa uno de los momentos más complejos de su trayectoria.
En primer lugar, el descenso de votos del 12-M supuso un punto de inflexión al partido independentista.
La pérdida de 13 escaños hizo reflexionar a sus dirigentes, y la situación provocó que Pere Aragonès anunciara que abandonaba la primera línea política.
Además, la incertidumbre sobre la dirección del partido también agrava el clima interno.
Pocos días después de las elecciones, ERC emitió un comunicado donde anunciaban la convocatoria de un Congreso Nacional con el fin de ‘fijar la nueva estrategia de la formación y buscar la mejor manera de recuperar la confianza del país’.
De momento, el único que aspira a dirigirlo es Oriol Junqueras.

Aparte de los malos resultados del 12-M, el tema de los carteles del Alzheimer también ha sacudido el ambiente republicano.
El transcurso del mes de julio ha estado marcado por este tema, que ha acabado con el abandono del partido por parte de Ernest Maragall y las correspondientes sanciones a las personas implicadas.
Todo ello, con el componente añadido de la posible ‘desconfianza’ que genera el PSC a algunos de los militantes republicanos, hace aún más difícil asegurar que este jueves la consulta resulte positiva para el futuro de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
De hecho, desde las Juventudes Republicanas se publicaba un comunicado hace unas semanas donde se consideraba que ‘el unionismo no se podía apoderar del Gobierno de Cataluña’.

De momento, habrá que esperar un par de días como mucho para conocer las bases del preacuerdo entre PSC y ERC.
El modelo de financiación sigue siendo una de las piezas clave en la negociación, y se tendrá que ver de qué forma se materializa para complacer los intereses republicanos. En todo caso, la militancia volverá a significar una pieza clave.