Las colas de personas alrededor de diferentes administraciones de lotería se ha repetido en varios puntos de Barcelona este sábado por la mañana, en el último día de ventas antes de la rifa de Navidad. Establecimientos emblemáticos, como el de la plaza Urquinaona y Valdés, en la Rambla, han concentrado personas ya antes de la apertura del negocio. Las esperas han sorprendido a varios usuarios en Urquinaona como el Emma Morales: “Hoy está en ‘tope’, todos venimos el último día”. También les ha pasado lo mismo en la Valeria y en Kevin, una pareja que vive cerca del negocio: “No sabíamos que habría tanta cola”. Kevin quiere un décimo que tenga el 5 y la Elvira Vidal cualquiera al azar, porque hace más de diez años que compra en la misma ventanilla.
El sorteo de este año será especial para Kevin, ya que comprará un billete por primera vez. La Valeria le ha explicado esta tradición y le ha gustado, ahora marcha una semana a Países Bajos, pero espera “algo” de premio cuando vuelva. Ella, en cambio, ya ha comprado con compañeros del trabajo y lo llevará a la familia.
Por su parte, Vidal sabía que habría una “buena fila de gente esperando” en la administración de lotería de la plaza Urquinaona, porque ha confesado que se lleva tarde. Hace más de una década que compra décimos en este local, pero “nunca ha tocado nada”, aunque le gusta la “ilusión” que genera la rifa de Navidad. En cambio, el Emma Morales no se imaginaba la “gente” a las puertas de la tienda. Una de sus motivaciones para jugar este año es porque el año pasado ganó 100 euros y ahora adquiere “para compartir con la familia”. Aunque Urquinaona no es su administración habitual, “pero viene de pasada” y tiene buenos recuerdos “de haber jugado alguna vez” otros años.
Otro negocio donde se han acumulado colas ha sido la administración de lotería Valdés, en La Rambla, donde las obras que se están haciendo acentúan la sensación de concentración de personas. Un grupo de amigas han aprovechado que iban al Liceo para detenerse a comprar varios décimos. También extranjeros, que viven en la capital catalana, y vecinos del barrio.
Sea como fuere, quien ganará en este sorteo de Navidad será el Estado. Los técnicos de Hacienda calculan que las arcas públicas ingresarán 175,6 millones de euros. La grandeza, por ejemplo, dotada con 400.000 euros el billete, se le deberá restar 72.000 euros en impuestos.