La manera en la que manejamos nuestro dinero ha cambiado de manera espectacular y casi sin darnos cuenta. Atrás quedaron estos días en los que sólo confiábamos en el dinero en efectivo o en las largas transferencias bancarias. Ahora, las opciones de pago son tan variadas que podemos encontrar decenas de opciones diferentes, que algunas ni conocemos.
Hoy en día, se puede pagar desde una cartera electrónica, que es una especie de cuenta digital, hasta una tarjeta prepago que tiene una determinada cantidad de dinero en ella. PaysafeCard, por ejemplo, es una tarjeta que ha ganado una gran popularidad en los últimos años, especialmente en el ámbito de los casinos en línea debido a su rapidez para depositar y retirar dinero (fuente: https://www.techopedia.com/es/juego/metodos-pago/casinos-paysafecard).
Su funcionamiento es supersenzill, pero igual de efectivo. El usuario debe comprar una tarjeta en una tienda física o por Internet con una cantidad de dinero en ella. En esta tarjeta, aparece un código PIN que puede utilizar para realizar pagos sin necesidad de vincular su cuenta bancaria ni proporcionar sus datos personales. Esto protege la privacidad del usuario y, además, le permite tener un mayor control del gasto.
Además, PaysafeCard es una tarjeta inclusiva porque permite que personas que no tienen acceso a tarjetas de crédito o cuentas bancarias puedan hacer sus compras. Esto es ideal para aquellos que prefieren evitar riesgos financieros o que simplemente quieren disfrutar de un método de pago alternativo, seguro y directo.
Por otro lado, la historia y evolución de los métodos de pago es, en esencia, la historia y evolución de cómo hemos buscado siempre soluciones más rápidas, cómodas y seguras para mover nuestro dinero.
En los primeros días del comercio moderno, las transferencias bancarias eran la norma cuando se trataba de pagar por Internet. Aunque eran seguras, la verdad es que su lentitud y la necesidad de papele extra las hacían poco prácticas. No fue hasta la aparición de las tarjetas de crédito y débito cuando empezamos a ver un cambio significativo.
Las tarjetas nos permitieron pagar directamente en comercios físicos y, más adelante, en plataformas en línea, de una manera más rápida y conveniente. Sin embargo, no todo era perfecto: obtener una tarjeta de crédito no era un poco al alcance de todo el mundo, y los riesgos de fraude eran una preocupación constante.
Con la llegada de Internet, surgió la necesidad de crear nuevos métodos de pago más seguros y, sobre todo, más adaptados al mundo digital. Aquí es donde justamente entran en juego las carteras electrónicas como PayPal, Skrill y Neteller.
PayPal fue una de las primeras en aparecer y en revolucionar los pagos en línea. Al fin y al cabo, permitía hacer transacciones rápidas y seguras sin necesidad de compartir la información bancaria con los comercios. Después vinieron las otras, Skrill y Neteller, que añadieron nuevas funcionalidades. Ambas opciones de pago son muy populares en los comercios en línea y también en los casinos en línea, donde la rapidez y la protección de datos son fundamentales.
Hoy, la evolución en los pagos sigue su curso con la llegada de los neobancos como Revolut y Wise, que ofrecen soluciones modernas para gestionar el dinero.
Estos bancos eliminan todas las complejidades de los bancos físicos y tradicionales, y permiten transferencias de dinero instantáneas, cuentas multidivisa y una experiencia completamente móvil.
Finalmente, en España, el método de pago Bizum es un fenómeno particular que se ha puesto muy de moda. Este permite transferir dinero con solo un número de teléfono y es ideal para dividir las cuentas en un restaurante o para hacer pagos rápidos. Precisamente, debido a su facilidad y rapidez, se ha convertido en uno de los métodos de pago más convivientes que existen.
En definitiva, hemos pasado de depender únicamente de las lentas transferencias bancarias a disfrutar de una amplia gama de opciones, desde la privacidad de las tarjetas prepago hasta las carteras virtuales para pagar en línea en un par de clics y la rapidez de Bizum. Por lo tanto, la innovación no solo ha mejorado nuestra manera de pagar, también ha cambiado la forma en la que disfrutamos del comercio electrónico.