Buena parte de los veterinarios que han comparecido este viernes en el Parlamento han constatado que hay “evidencia científica” del “sufrimiento” en los corrillos. Y han alertado a los diputados de que tienen un “dilema moral”, porque no se puede separar “espectáculo” y “sufrimiento”.
Así lo han expresado en la ponencia de la reforma legislativa que podría prohibir los espectáculos de toros embolados, encabezados y en el mar. Expertos en bienestar animal, como Antoni Dalmau, Jaume Fatjó y Josep Maria Rufí, han pedido “coherencia” a los grupos a la hora de tomar su decisión.
El veterinario Antoni Dalmau, investigador del programa de bienestar animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha asegurado que, “si tuviera que plantear un protocolo que provocara angustia” a los toros, “escribiría una serie de puntos que se cumplen en estas tres prácticas”: sacar al animal de su entorno, aislarlo del grupo y limitarle los movimientos. “No tengo ninguna duda de que estamos afectando al bienestar animal y que lo estamos haciendo de forma deliberada.“, ha argumentado.
“¿Es tan grave como clavarle una espada? No. ¿Quiere decir esto que no haya maltrato? No”, ha añadido Antoni Dalmau, que ha señalado que “hay un sufrimiento psíquico” y que se puede comprobar “sólo viendo la reacción del animal”: “sufrimiento, angustia, estrés o miedo“.
Por su parte, Jaume Fatjó, miembro del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB, ha advertido de que “cualquier estrategia que tratase de minimizar el sufrimiento va en contra del espectáculo”, porque “el sufrimiento y el espectáculo son la misma cosa“. En este sentido, ha señalado que los diputados están ante un “dilema moral” y que, una vez constatado que hay sufrimiento animal, tienen tres escenarios.
Las dos primeras, según Fatjó, son constatar que “el animal sufre” y decidir prohibirlo o mantener el espectáculo en función, basándose argumentos diferentes. La tercera opción, que ha considerado que “no es válida”, es “aceptar el espectáculo aplicando medidas cosméticas para intentar esconder el sufrimiento”. Y ha concluido dirigiéndose a los diputados: “Haz lo que hago, que la opción sea coherente”.
La prohibición en Torroella de Montgrí
Josep Maria Rufí, veterinario especializado en clínica bovina y exalcalde de Torroella de Montgrí (Baix Empordà) por ERC, ha constatado que “los corrillos han sido tratados como excepción en nombre de la tradición”. No obstante, ha alertado de que “la tradición no exime de la vulneración de derechos a los animales“. Y ha remachado: “Todos los corrillos son un claro ejemplo de maltrato animal. Los embolados, encajados y en el mar. Es una evidencia científica”.
En este sentido, Josep Maria Rufí también ha rebatido que la prohibición de los corrillos en su municipio, Torroella de Montgrí, “no ha comportado ningún conflicto social”, como tampoco ha pasado en Roses o Reus, que dejaron de celebrar estos espectáculos el mismo año.
Denuncia de “censura” y “cancelación”
Una posición muy diferente de la mayoritaria ha expresado Jordi Vendrell, miembro de la comisión de toros del Colegio de Veterinarios de Tarragona. “¿Sufre el toro embolado? Sí. ¿Sufre el toro encajado? Sí. ¿Y los toros en el mar? Pues sí. ¿Y los pollos sacrificados en los mataderos? Posiblemente más que los toros”, ha afirmado Vendrell.
El veterinario de Les Terres de l’Ebre ha centrado buena parte de su comparecencia en denunciar que “nos están imponiendo una cultura de la cancelación”. En este sentido, ha alertado de que “promover la abolición es una manera de colaborar con la censura cultural”. Y ha remachado: “Cuando un régimen prohíbe un libro, una película o una canción, siempre lo hace apelando a un bien superior a proteger”. Ha concluido asegurando que “no volverá” al Parlamento si lo vuelven a citar para hablar de toros.
Los veterinarios actuantes
En representación del Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña, su presidenta, Verónica Araunabeña ha señalado que dentro del colectivo hay “diferentes sensibilidades y campos de especialización”. A preguntas de los diputados, ha explicado que en los espectáculos taurinos actúan dos tipologías de veterinarios: los especialistas y los clínicos (cuando hay algún animal que requiere atención).
Araunabeña ha dejado claro que, aunque no se lo pida la ley, estos veterinarios “hacen una valoración del estrés y de si pueden salir o no”, y que “vigilan mucho el bienestar de los animales”.
8 de cada 10 espectáculos afectados
En caso de sacar adelante la reforma, más de ocho de cada diez fiestas de corrillos, como se celebran ahora, quedarían parcial o totalmente prohibidas, según los datos obtenidos por la Agencia Catalana de Noticias (ACN). Concretamente, el 85,7% de las fiestas autorizadas entre 2009 y 2023 en Cataluña incluyeron toros embolados o encanciados.