Salud lanza una nueva acción de la campaña “Pastillas sólo las necesarias” para reducir el uso inadecuado de determinados fármacos, especialmente, en personas que toman 10 o más medicamentos de manera simultánea, y que presentan criterios de fragilidad (por condiciones propias del enfermo ya sean clínicas o sociales, o condiciones del entorno).
La tercera acción de la campaña se centra en reducir el uso inadecuado de los antiespasmódicos urinarios, conocidos como medicamentos para la incontinencia urinaria. Son fármacos que tienen una eficacia limitada (reduce sólo una micción al día) y en cambio, pueden producir efectos adversos importantes especialmente en estas personas.
Por estos motivos, el tratamiento de la incontinencia urinaria en personas con condiciones de fragilidad que se debe elegir en primer lugar es la aplicación de medidas higienicodietéticas y técnicas conductuales supervisadas por personal experto y especializado. El tratamiento farmacológico es una segunda opción, solo para cuando no se consigue una mejora adecuada con las medidas citadas y hay afectación de la calidad de vida.
Hábitos recomendados para la incontinencia urinaria
En general, se recomienda seguir ciertos hábitos de higiene y cuidado personal, así como mantener una alimentación y un estilo de vida saludable. Concretamente, es importante orinar cada tres horas, facilitar el acceso al lavabo si hay problemas de movilidad, comer alimentos ricos en fibra, ver 1,5 litros de agua para evitar que la orina se concentre e irrite la vejiga, disminuir el consumo de bebidas estimulantes como el café o la tónica, evitar el alcohol y no fumar. Hay que mantenerse activo y reducir el sobrepeso.
Los profesionales también pueden recomendar hacer entrenamientos para controlar la vejiga y ejercicios que fortalecen los músculos de la pelvis.
Efectos adversos de estos fármacos
Algunos de los efectos adversos más frecuentes son sequedad de boca, restregamiento, visión borrosa, mareo, náuseas, infecciones del tracto urinario. Con menor frecuencia, también pueden producir caídas y alteraciones mentales (como somnolencia, mareo, confusión, desorientación, demencia, delirio, agitación y alucinaciones).
En pacientes de edad avanzada, los efectos adversos pueden ser más frecuentes y graves y se han relacionado con fracturas por caídas y pérdida de memoria, entre otros.
Revisiones periódicas de los tratamientos
En el caso de los pacientes polimedicados, es imprescindible la revisión periódica de la medicación para poderla examinar de forma estructurada y crítica y llegar a un acuerdo con el paciente sobre su tratamiento, optimizar el efecto de la medicación, minimizar el número de problemas asociados a la toma de fármacos y reducir el desperdicio.
Cuando el grado de incontinencia de una persona adulta hace que le haga falta el uso de pañales, el fármaco ya no aporta ningún valor por su poca eficacia y en cambio puede presentar efectos adversos, por lo que es necesario revisar su prescripción.