La reunión entre el presidente Pere Aragonès y Jéssica Albiach para intentar salvar los presupuestos ha acabado sin acuerdo. Tras un martes lleno de encuentros, y a menos de 24 horas del debate a la totalidad en el Parlamento, el ejecutivo y En Comú Podem no han conseguido superar los obstáculos, centrados en el proyecto del Hard Rock. De esta manera, aunque ambas partes se han conjurado a mantener el contacto, crecen las opciones de que la cámara acabe devolviendo las cuentas a Palacio. Fuentes de los comunes señalan que el encuentro, que no ha durado ni 45 minutos, “no ha desencallado nada“, pero que están “abiertos hasta la hora de la votación en la cámara”.
A lo largo de este martes, el Gobierno y comunes han intensificado los encuentros. La primera ha tenido lugar poco después de las 11 horas, con los equipos negociadores habituales. A las 14:30 se ha añadido el portavoz de En Comú Podem, David Cid, acompañado del diputado Joan Carles Gallego, en un segundo encuentro en Palau. Y después de comer, a las 16:30, el encuentro ha sido al más alto nivel entre Pere Aragonès y Jéssica Albiach.
El Hard Rock como obstáculo
El Gobierno ha descartado este mediodía comprometerse a detener el Hard Rock, porque insiste en que no está en sus manos. Así lo ha afirmado la portavoz, Patricia Plaja, durante la rueda de prensa de este martes en Palau, posterior al Consell Executiu, y justo después de que acabara una nueva reunión entre los equipos negociadores del Govern y En Comú Podem.
Albiach había pedido por la mañana un “compromiso” de que el Hard Rock no salga adelante, lo que Plaja ha respondido que “es imposible”: “El Gobierno no tiene margen para detener una tramitación en marcha”. La portavoz también ha avisado de que la negociación entra ya “en tiempo de descuento”. Y ha apuntado que Albiach también tiene “canales y palancas” en Cataluña y Madrid para forzar a los socialistas a renunciar al Hard Rock.
Todos los escenarios abiertos
Sin unos nuevos presupuestos para 2024, en Palau no se descarta ningún escenario. Ya hace días que el ejecutivo avisa de que, si los comunes tumban las cuentas, “habrá consecuencias”, y todo apunta a que ERC podría negarse a aprobar los presupuestos del Estado.
Asimismo, entre las filas de los republicanos -en Palau y en Calabria- también aumenta el debate sobre qué hacer en Cataluña. Por un lado, el Gobierno puede mantener la prórroga presupuestaria e intentar negociar partidas concretas para ampliar las cuentas de 2023, aunque con poco margen. Pero, al mismo tiempo, cada vez hay más voces que estudian el escenario de un adelanto electoral en Cataluña.
La única enmienda a la totalidad aprobada
El Parlamento podría volver a vivir un episodio como el de junio de 2016 aunque en un contexto y con protagonistas muy diferentes. Hace casi 8 años, la CUP no permitió la tramitación de los presupuestos de JxSí con Carles Puigdemont de presidente de la Generalitat y Oriol Junqueras de vicepresidente y consejero de Economía.
Fue la primera vez desde la restauración de la democracia, en 1980, que las cuentas no superaban las enmiendas a la totalidad. Así lo decidió el consejo político de la CUP con un resultado ajustado a pesar de tener un pacto de estabilidad parlamentario. Fue cuando los anticapitalistas afirmaron que el pacto político no se había roto sino que había “mutado”. Todo ello en un contexto muy marcado por el proceso.
La cámara catalana se esperó casi un año más para aprobar unos nuevos presupuestos. Fue en marzo de 2017, solo siete meses antes del 1-O. Entonces dos diputados anticapitalistas votaron a favor y el resto se abstuvieron para permitir la aprobación de unas cuentas que incluían una partida para el referéndum.