La plataforma de trabajadores penitenciarios de Cataluña Marea Azul considera que para conseguir la reducción de los suicidios entre los internos hay que abordar la cuestión de manera diferente a como se ha hecho hasta ahora. La entidad se pregunta cómo puede ser que Cataluña tenga una tasa de suicidios en las cárceles que más que duplica la media europea o española, a pesar de tener una ratio de internos por trabajador más baja y un gasto por interno más alto, así como más profesionales de salud mental.
Por ello, propone que se aborde la cuestión desde perspectivas diferentes de las hechas hasta ahora. Además, destaca el trabajo de los funcionarios de prisiones para frustrar intentos de suicidio.
En un comunicado de cinco páginas, donde analiza varios datos, la entidad ha recordado que aunque los suicidios han aumentado respecto a los años previos a la pandemia también han aumentado los intentos de suicidio parados por la acción de los funcionarios. Así, mientras que en 2019 hubo 101 intentos de suicidio, en 2021 fueron 151 y en 2023, 167.
También han crecido las autolesiones. En 2019 fueron 686, en 2021, 1.199, y en 2023, 1.231. No obstante, la plataforma constata que muchas de estas autolesiones tienen carácter instrumental y finalidad interesada, con el fin de acceder a servicios sanitarios de manera inmediata para conseguir medicación o suspender los castigos penitenciarios, lo que también aumenta la congestión a los servicios médicos.
De hecho, se han disparado los incendios, sobre todo en las celdas, pasando de 6 en 2019 a 86 en 2021 y a 96 en 2023. Los trabajadores explican que estos incendios provocan momentos de tensión entre los funcionarios y los internos e incluso riesgo para la salud.
De las diez medidas de choque que presentó el conseller de Justicia, Ramon Ribagorza, el lunes pasado, Marea Blava dice que nueve ya se aplican ahora y como mucho se intensificarán. La única nueva, según la plataforma, es la de realizar un estudio del riesgo de suicidio con perspectiva de género. El porcentaje de suicidios en la sociedad es mayor en hombres que en mujeres, pero en las cárceles pasa al revés. La plataforma insinúa que el motivo puede ser que la mayoría de las presas están en la cárcel de Wad-Ras de Barcelona, la más antigua de Cataluña, y en un módulo de Brians 1 donde el ambiente es “nocivo y tóxico”.
Por otro lado, la plataforma también considera que hay que remarcar el origen de los presos que se suicidan, porque la cultura propia también tiene incidencia. Según sus datos, algunas procedencias tienen más propensión al suicidio que otras.