Las reservas de agua en los embalses de las cuencas internas han retrocedido este julio tras cuatro meses de remontada gracias a una primavera lluviosa.
Según datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA) del último día de mes, los 9 pantanos encaran en agosto al 33,9% de su capacidad, con 235,90 hm3 de agua, cuando a finales de junio se acercaban al 40% (37,1%).
La escasa lluvia del mes de julio ha frenado la inercia positiva que llevaban embalses como La Baells -vuelve a caer por debajo del 50%-, la Llosa del Cavall o Foix (del 67% al 60%).
Sau está al 26% cuando había remontado hasta el 43%, aunque parte del descenso se debe a la transferencia hacia el pantano vecino de Susqueda, el único que ha ganado reservas en el último mes: del 35,4% al 41%.
A pesar de este ligero retroceso, el nivel de reservas con el que los pantanos de las cuencas internas encaran lo que resta de verano y el otoño es superior al que presentaba hace un año.
El 31 de julio de 2023 el nivel de los embalses era del 27,5%, más de seis puntos por debajo del nivel actual.
En cuanto a los cinco pantanos del sistema Ter-Llobregat, que abastece agua a 202 municipios catalanes incluida Barcelona y su área metropolitana, y parte de las comarcas gerundenses, están al 35,97% de su capacidad, con 220 hm3 de agua acumulada en conjunto.
En relación a hace un mes, cuando bordeaban el 40% de su capacidad con un 39,3% de las reservas, la caída es de algo más de tres puntos.
El factor principal en la frenada del crecimiento de las reservas de agua en los pantanos de las cuencas internas ha sido un mes de julio muy poco lluvioso.
Si bien la distribución de la precipitación ha sido irregular, julio ha sido “seco, o muy seco”, sobre todo prelitoral Norte, en la meseta Central y puntos de la llanura de Lleida.
Sólo ha sido lluvioso en la sierra de L’Hostoles, en la vertiente sur del Pirineo más occidental y puntos de la depresión Central, según el Servicio Meteorológico de Cataluña
El más comenzó con el paso de un sistema frontal que regó gran parte del país el primer día de más, pero las cantidades más importantes cayeron al sur y a Poniente.
Entre los días 5 y 7 de julio se vivió el espisodio de precipitación más destacado, con fuertes tormentas y acumulaciones abundantes de precipitación en la vertiente sur del Pirineo con registros por encima de los 60 mm.
Pero desde entonces la lluvia prácticamente no ha hecho acto de presencia.
Esto sumado a las altas temperaturas registradas en la segunda mitad del mes, el final del desalojo y el aumento del consumo de agua propio de la época han contribuido a la frenada del crecimiento de las reservas de agua en los pantanos, y un inicio de retroceso.
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