La ciudad de Dubai intenta volver a la normalidad tras el terrible temporal de lluvias y viento que causó numerosas incidencias. El país ha registrado un récord absoluto de precipitaciones llegando a los 254 litros por metro cuadrado. Según datos oficiales, es la mayor cantidad de agua que ha caído en el país desde que comenzaron los registros en 1949.
Una de las infraestructuras que más ha sufrido y donde todavía hay un absoluto caos es el Aeropuerto Internacional de Dubai. La mala situación meteorológica ha obligado a interrumpir el servicio y a desviar numerosos vuelos. “Estamos trabajando intensamente para recuperar las operaciones lo más rápido posible en condiciones muy difíciles”, ha dicho el aeropuerto en un mensaje en la red social X (antes Twitter).
Según ha podido saber LA CIUDAD, hay varios catalanes atrapados en el aeropuerto sin poder volver a casa. La situación es tan dramática que hay personas que hace 3 días que duermen en el suelo del aeropuerto sin ninguna solución por parte de las diferentes compañías aéreas.
“No nos dan ninguna información y nos tienen aquí totalmente abandonados.“, “Ni siquiera nos han dado agua” explica la Miriam. Además, afirma que “todos los hoteles de la zona más próxima al aeropuerto están llenos menos el del mismo del aeropuerto que cuesta unos 600 euros la noche”. Sin embargo, dice que “No podemos marcharse del aeropuerto porque nos dicen que en cualquier momento puede salir nuestro vuelo para poder volver a casa”. Además, denuncian el trato recibido por los trabajadores del aeropuerto y de la compañía: “Nos han dado 10 € y con eso no hacemos nada”.
Ante esta situación se han intentado poner en contacto con la Embajada Española en los Emiratos Árabes con el fin de encontrar una solución y les han comentado que “salvo que sea algo de extrema gravedad, no pueden hacer nada”. Explican que otras embajadas como la de Francia se han preocupado por sus ciudadanos y el trato ha sido “muy diferente”.
“Nunca me habría imaginado vivir una situación como esta” dice la Miriam tras pasar su primera noche durmiendo en el suelo del aeropuerto con la incertidumbre de saber si hoy será el día que salga su vuelo hacia Barcelona.