Las cirugías plásticas son unas prácticas cada vez más extendidas. A pesar de parecer inofensivas para las personas que las reciben, en los últimos meses han estado a la orden del día. Primero, por el caso de Sara en Murcia. Una mujer de 39 años que a finales de 2021 acabó en la UCI después de una lipoescultura. Sara no superó el imprevisto y murió finalmente.
El segundo es el caso de una mujer en Lleida, que este miércoles se enfrenta a su cirujano en juicio. El médico podría acabar hasta 3 años en la prisión a causa de las presuntas negligencias en una lipoescultura. La operación se remonta a julio de 2015, cuando la paciente decidió acudir al cirujano plástico I. F. S. para realizarse una abdominoplastia. Esta intervención consiste en extraer grasa del abdomen a través de una liposucción.
Las complicaciones se dieron una vez ya se encontraba en el postoperatorio. Lo que en principio es un puro trámite se torció hasta el punto de dejarla discapacitada. Después de días ingresada en el hospital, se dio cuenta de que la zona no cicatrizaba debidamente y su cuerpo empezó a hacer necrosis en la parte intervenida. Entonces, el mismo médico trató de resolver el desastre con una técnica de sutura y dos drenajes. De poco sirvió, dado que los dolores en el vientre no se detuvieron y quince días después ingresó en una clínica con "con herida abierta e infectada", según la acusación.
Las secuelas de la mujer son suficientemente contundentes: un estrés postraumático y cicatrices que se han convertido en "un grado de discapacidad en grado igual o superior al 33%".
La Fiscalía pide seis meses de prisión al cirujano y una indemnización de 220.900 "por las secuelas funcionales y el estrés postraumático por la gran repercusión en su vida personal, laboral y social que ha sufrido". Por otro lado, la persona afectada exige tres años en la cárcel y 285.000 euros.