La policía ha tenido que simular el asesinato de una mujer en Rusia para evitar que su marido la matara. La pareja se había separado hacía un tiempo y el marido, cansado de pagarle la pensión a su expareja, pidió un crédito de 17.000 euros para contratar a un sicario para matarla. El hombre le propuso a un compañero de trabajo que la matara y le dio 3.500 euros para los gastos. Una vez este hubiera cometido el crimen le pagaría 11.000 más, mientras que el resto se los quedó. El amigo pensó que se trataba de una broma de mal gusto, pero ante la insistencia del marido decidió ir a la policía a contarlo. Para poder atrapar al marido, los agentes policiales decidieron simular el asesinato de la mujer. La dieron por desaparecida, hicieron como si la estuvieran buscando y le pidieron que no tuviera ningún contacto con sus hijos para que el plan no tuviera ningún error. La policía recreó un escenario del crimen e hizo fotografías de la mujer maquillada como si hubiera sido asesinada cortándole el cuello. Después de informar al marido del asesinato de su mujer, el hombre pensó que su compañero de trabajo había hecho su parte y le pagó los 11.000 euros acordados. Esta fue la prueba definitiva para acusarlo y los agentes lo fueron a detener. La mujer asegura que no se puede creer que su marido la quisiera matar, ya que ella todavía lo amaba y creía que tenían una buena relación en favor de la hija de 9 años que tienen en común.
