Una noticia sorprendente que pronto puede dejar de serlo. Así es como Amelia y Leo, una pareja trans, han podido conseguir su sueño de ser padres. Ahora, con tres semanas de vida, Diana es la hija de una excepcional pareja, según informa el 324.
Amelia y Leo son una pareja trans, es decir, los dos en un momento determinado cambiaron de sexo, ya que se sentían del contrario. Ninguno de los dos se operó para cambiar los órganos reproductores, por lo tanto, podían concebir una criatura.
El problema vino cuando los tratamientos hormonales para hacer el tránsito y la edad de los dos les fue a la contra a la hora de concebir de forma natural, por lo que -como tantas parejas- tuvieron que seguir un tratamiento de fertilidad y someterse, Leo, a una fecundación in vitro con el esperma de Amelia.
LA LEY LES AMPARA
Las técnicas de reproducción asistida se incluyeron inicialmente dentro de la sanidad pública para parejas heterosexuales con problemas de fertilidad, pero a medida que han avanzado las técnicas y el entorno social, se han ido actualizando y ampliando los supuestos: a las mujeres solas, lesbianas y finalmente a las personas trans.
Para seguir el tratamiento de fertilidad, que han seguido en la Unidad de Fertilidad de la Fundación Puigvert-Hospital de Sant Pau tuvieron que dejarse de hormonar y esto les provocó algunas dudas y problemas.
"Fue un período de reflexión porque la sociedad te dice: 'ser trans está mal, os estáis equivocando, no es natural'. Y para mí fue replantearme las cosas. Me hizo darme cuenta de que sí, soy trans, que me gusta como soy y que no lo puedo cambiar. En realidad, no es una elección, para mí.", explica Amelia.
NUEVOS CASOS, NUEVOS PROCEDIMIENTOS
Los servicios de reproducción asistida, que hasta ahora sólo trataban mujeres, se han tenido que adaptar a la nueva situación. Han formado al personal en esta realidad para que sepan cómo tratarlos.
También han adaptado algunos espacios para que nadie se sienta incómodo: tanto los hombres trans como las mujeres que se encuentran a un señor con barba que se trata de lo mismo que ellas.
"Sr. Leo, abro las piernas y lo que ven es una vulva. Y volvemos a esto de: 'Es hombre, pero aquí todos los documentos son Sra. embarazada, embarazada...'", explica Leo.
UN EMBARAZO NORMAL
"El embarazo no lo viví tan difícil, porque salía a la calle y parecía un señor cervecero. Como estaba gordito no se notaba. Subía al metro, con la barrigota, los pies hinchados y la gente no me dejaba sitio porque decían: este gordito...", asegura Leo.
"Lo que daba miedo era exponerme a situaciones de violencia. No lo puedo decir, que estoy embarazado, porque no sé a quién lo puedo decir. Quizás se lo digo a alguien que no lo entiende, o quizás alguien se mofa o me agreden", remata Leo.
Afortunadamente, todo fue bien y el parto, bromas aparte, fue normal a pesar del asombro inicial de las enfermeras.
UNA VIDA NORMAL PARA DIANA
Tanto Amelia como Leo han vivido algunas situaciones violentas y desagradables a raíz de su condición. Ahora lo que les preocupa es que Diana no viva ninguno de estos episodios por el hecho de ser hija de una pareja trans. A Leo, por ejemplo, dos de sus hermanos le han dicho que haciendo esto hacen daño a la niña y que 'lo suyo' no es una familia.
"Nosotros no estamos haciendo nada malo, al contrario, estamos cuidando a una niña muy bonita que se llama Diana. Ella, lo que quiere es amor, afecto, seguridad... y esto se lo estamos dando", asegura Amelia.