Hay adicciones que están tan normalizadas en nuestra sociedad, que a veces resulta complicado darse cuenta de si uno ha creado dependencia con determinadas sustancias. Entre algunos ejemplos de esta situación tenemos el consumo de alcohol, asociado a buenos momentos y reuniones sociales, lo que complica ver si uno estaría consumiendo más alcohol del que debería.
Por eso, los expertos sugieren que cada persona analice sus hábitos para ver hasta qué punto esta sustancia interfiere en su vida, y así determinar si hay un verdadero problema de alcoholismo.
Una vez reconocido el problema, lo mejor es ponerse en manos de un experto para acabar con la adicción. Si no, aunque intentar dejarlo por uno mismo es muy valiente, la falta de alcohol puede llevar a algunas personas a intentar saciar esta adicción por otros medios.
Este ha sido el caso de un hombre en Lituania que comenzó a ingerir clavos y tornillos para saciar su sed de alcohol poco después de dejarlo por completo al darse cuenta de su dependencia. El hombre 'consumía' todo tipo de estos pequeños objetos de metal, incluso algunos de diez centímetros de largo.
Un día su estómago no pudo más, lo que lo llevó a acudir al servicio de urgencias del Hospital Universitario de Klaipeda, afectado por un agudo dolor en el tracto digestivo.
Una vez allí, los médicos quisieron saber de dónde procedía el dolor exactamente, por lo que le realizaron una prueba de radiografía. Para su sorpresa, encontraron la causa del malestar del hombre: tenía todo tipo de objetos metálicos en su interior, con medidas desde dos milímetros hasta diez centímetros, tal como afirman los medios locales.
Los sanitarios pasaron más de tres horas extrayendo objetos metálicos de su estómago: clavos, tornillos, tuercas o navajas, entre otras cosas, que juntas lograron ni más ni menos que más de un kilo de peso.