Un gimnasio de Reus ha sido multado con 5.000 euros por tener carteles e indicadores solo en lengua castellana y en ningún caso en catalán.
No solo ha sido eso, y es que, los monitores del gimnasio no entenderían ni hablarían catalán. Es cierto que el uso del catalán entre los jóvenes ha sufrido una regresión muy alta, pasando a ser el idioma preferente del 35,6% de jóvenes encuestados -encuesta realizada en Barcelona- (2015) a un 28,4% (2020). Sin embargo, en la misma encuesta solo hay uno de cada 10 jóvenes que dice que no tiene conocimiento sobre el catalán.
Son diversas las críticas que han recibido a través de las redes sociales y en las reseñas de su página web.
"En el gimnasio de Reus @reusgym no se respeta el catalán ni en la web ni en el mismo local. Los carteles e indicaciones están en castellano y los monitores no te hablan en catalán ni aunque se lo pidas. ¿Esta situación es viable? ¿No están obligados a tener los carteles en catalán? Agradecería respuesta de alguien que sepa del tema sobre si están obligados a tener la rotulación en catalán y sobre el idioma en el que se dirigen".
Como marca la plataforma por la lengua: "La señalización y los carteles de información general de carácter fijo y los documentos de oferta de servicios para los usuarios y consumidores de los establecimientos abiertos al público deben ser redactados, al menos, en catalán". La vulneración de esto puede conllevar una infracción administrativa, como bien ha tenido este gimnasio.
"Los rótulos de actividad (deportes, agencia de viajes, restaurante, papelería, etc.), las listas de precios y de servicios, las señalizaciones, las indicaciones (entrada y salida, servicios, paneles informativos para el cliente, etc.) y todo el resto de señalización fija deben estar como mínimo en catalán", indica la misma plataforma. Todo enmarcado dentro del Código de Consumo.