Este domingo, se prevé que 240.000 vehículos regresen al área metropolitana de Barcelona en el último fin de semana de agosto, según estimaciones del Servei Català de Trànsit. Aunque la cantidad de vehículos puede parecer elevada, los expertos apuntan a que el regreso de este año será más escalonado que en otras operaciones especiales, ya que las vacaciones de verano se han distribuido de manera más irregular.
Esta movilidad elevada no es nueva. Durante los fines de semana de verano, ya se registra un alto volumen de tráfico por la proximidad de las playas, los destinos del Pirineo y las escapadas al interior de Cataluña. Con todo, las autoridades han tomado medidas para minimizar posibles atascos y garantizar la seguridad vial.
Por este motivo, se utilizarán carriles adicionales en varias vías de la red viaria. En concreto, se reforzará la AP-7 y la B-23 entre Vilafranca del Penedès y Molins de Rei, así como la AP-7 entre Sant Celoni y Montornès del Vallès. Además, se instaurará un carril extra en la C-32 entre Sant Andreu de Llavaneres y Montgat, en dirección Barcelona, con el enlace con la B-20.
El Servei Català de Trànsit destaca que, aunque se prevén algunas colas en las vías principales, estas serán similares a las que se registran en cualquier otro fin de semana de verano. En este sentido, los expertos subrayan que los hábitos de movilidad han cambiado en los últimos años, con muchos ciudadanos que prefieren hacer salidas cortas en lugar de vacaciones prolongadas, distribuidas a lo largo del verano.
Comparado con el año pasado, durante el mismo período se registraron unos 250.000 desplazamientos, una cifra ligeramente superior a la prevista para este domingo.