La covid sigue presente y este verano ha vuelto a dejar huella con un incremento de contagios que ha sorprendido por el momento del año. Lejos de las grandes olas de 2020 y 2021, el virus se ha hecho notar durante los meses de verano, coincidiendo con una mayor movilidad e interacción social. Según datos del Instituto de Salud Carlos III, a finales de julio se registraban 252,7 casos por cada 100.000 habitantes, por debajo del umbral epidémico, fijado en 400, pero más alto que el mismo período del verano pasado.
El informe confirma que la covid es el virus respiratorio predominante, con una tasa de positividad semanal superior al 20%. Esta situación ha tenido un impacto directo en la presión asistencial, tanto en las consultas médicas y hospitales como en las farmacias, donde la demanda de tests de autodiagnóstico se ha disparado. Según datos de la consultora IQVIA, la venta de pruebas ha crecido un 125% desde mayo: de las 55.000 cajas semanales de aquel mes se ha pasado a más de 123.000 en julio.
Los expertos señalan que el incremento de casos responde a la expansión de la variante conocida como stratus. Esta variante, que en mayo representaba el 22,7% de los contagios mundiales (cuando un mes antes era solo el 7,4%), es objeto de seguimiento por parte de la OMS desde junio. Aunque no se asocia a un aumento de la gravedad ni de la mortalidad, preocupa por su alta capacidad de transmisión y por su origen recombinante, resultado de la fusión de dos variantes previas.