Recibe 22.500 euros por perder dos dedos en un accidente laboral en Cataluña

20 de febrero de 2022 a las 15:35h

El Juzgado Social número 31 de Barcelona ha estimado el recurso presentado por un carpintero que perdió dos dedos de su mano derecha y sufre parálisis en un tercero tras sufrir un accidente en octubre de 2019 cuando se cortó con una sierra. Un informe del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) señalaba que sufrió lesiones permanentes no invalidantes y establecía una indemnización de 6.690 euros que tuvo que pagar la mutua laboral. Se trata de un carpintero jubilado que trabajaba dos meses al año en situación de autónomo y precisamente en una jornada laboral sufrió el accidente.

El trabajador, representado por el bufete legal Tribunal Médico, presentó un recurso que ha sido estimado por el juzgado que no solo obliga al INSS a concederle una incapacidad permanente, en grado parcial, derivada de accidente de trabajo, sino que condena a la mutua de su empresa a pagarle 22.448 euros. Esta cantidad es el resto de los 29.138 euros menos la indemnización cobrada al principio. La sentencia señala que el demandante sufrió el accidente laboral y que en los informes de la Seguridad Social, que repetían los de la mutua, no se hacía referencia a la parálisis que tiene en el pulgar además de la pérdida de otros dos dedos. "Los periciales son casi totalmente coincidentes y se diría que la de la mutua pone el énfasis en aspectos que no son médicos: Que el paciente pidió el alta para ir a trabajar", señala el magistrado quien añade que "como lo que se solicita es la incapacidad permanente parcial, que el paciente pidiera el alta para trabajar no es relevante para saber si merece o no el grado, ya que el hecho de que continuara trabajando encaja con el contexto económico de aquellas fechas, la condición de autónomo y su régimen de protección". Además, el juzgado remarca que el recurrente continuó trabajando, pero su rendimiento bajó a consecuencia de las lesiones que sufrió, por lo que le concede la incapacidad permanente parcial, derivada de un accidente laboral, tras estimar la "penuria y peligrosidad" a la que está expuesto en su oficio.