Mujeres, solteros, adolescentes y jóvenes son las personas que viven peor el confinamiento

07 de octubre de 2020 a las 10:31h

El confinamiento y la cuarentena son medidas efectivas para controlar los contagios por COVID-19, pero no todas las personas viven la situación de la misma manera y, en algunos casos, tienen consecuencias psicológicas. Conocer las variables sociodemográficas y psicológicas personales que se relacionan con una mejor y peor adaptación a la experiencia de encerrarse en casa debe permitir diseñar acciones preventivas para la población más vulnerable. Es por eso que un grupo de investigadores del Departamento de Psicología de la URV ha estudiado las características de 2.055 personas del Estado y ha podido extraer varias conclusiones.

Las personas más vulnerables

Gracias a las respuestas de estos participantes en un cuestionario sobre aspectos sociales y personales, los investigadores de los grupos de investigación METODOLO y DESENVOL han observado que aquellos que vivieron el confinamiento como una experiencia desagradable son mayoritariamente las mujeres, los adolescentes y jóvenes, las personas que viven solas y las que tienen miedo de perder el trabajo.

Más concretamente, han detectado que las mujeres tenían más estrés que los hombres, una cuestión que, "aunque no hemos estudiado, podría ser debido en parte a los problemas de conciliación", explica Fàbia Morales, que ha liderado la investigación. Por otro lado, las personas con miedo a perder el trabajo viven peor el confinamiento que aquellas que ya lo han perdido, lo cual sugiere que la incertidumbre sobre el propio trabajo dificulta adaptarse a esta situación.

Las personas de más edad se adaptaron mejor que los más jóvenes, pero, en cambio, vivieron la situación con más preocupación porque "para los adolescentes y jóvenes, la socialización es más central y para las personas de más edad lo es la familia", argumenta Morales. Respecto al hecho de vivir solo o en pareja, también se ha considerado un factor determinante: el confinamiento fue una experiencia menos negativa para las personas que conviven con pareja y sin hijos que para las personas que viven solas o tienen una relación pero no se confinaron juntas.

Los rasgos psicológicos protectores

Las variables sociodemográficas, por tanto, tienen un peso importante en la manera de vivir las medidas sociales y sanitarias, pero también son relevantes determinadas características psicológicas de las personas: la estabilidad emocional, la capacidad de resiliencia en situaciones adversas, tener autoestima y ser optimista son factores protectores de la estabilidad emocional.

En este sentido, el estudio ha encontrado un dato que diferencia a la población española de la de otros países donde también se han realizado estudios similares: contrariamente a lo que preveían los investigadores de la URV y a lo que se había observado en estudios de otras poblaciones, las personas extrovertidas se adaptaron mejor al confinamiento. "Teníamos la hipótesis de que la necesidad de socialización de las personas más extrovertidas sería un factor que les haría vivir más negativamente la distancia social, pero en realidad son más resilientes y, en el caso de España, se beneficiaron de las redes vecinales que se crearon". Las actividades en los balcones y las cadenas de solidaridad entre vecinos del barrio, por tanto, actuaron como factores protectores para que no se sintieran aisladas.

La confianza en el sistema sanitario y las medidas es esencial

La encuesta que respondieron más de 2.000 personas también ha detectado aquellas acciones que permiten adaptarse mejor a las sucesivas medidas sociales para afrontar la pandemia. Como ya se recomendó durante el confinamiento, es necesario tener rutinas y separar los espacios personales y del trabajo. Pero tan importante como estas es la confianza: asumir noticias falsas sobre el coronavirus como ciertas es nocivo, por eso Morales recomienda "consultar los canales oficiales de información y confiar en el sistema de salud, los expertos y las mismas medidas de prevención y contención de los contagios".

Si bien ya han conseguido establecer perfiles de las personas que peor y mejor se adaptan al confinamiento y a la cuarentena, la investigación no se detiene aquí. Ahora los grupos METODOLO y DESENVOL trabajan para diseñar otra encuesta para determinar el perfil de las personas que cumplen mejor y las que incumplen las medidas y recomendaciones sanitarias sobre la pandemia. "Con esto acabaremos de tener una imagen completa para poder elaborar recomendaciones útiles para cumplir las medidas y para saber a qué grupos debemos dirigirlas especialmente", avanza Morales.

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