Una niña de dos años murió el pasado viernes en Lisboa tras pasar más de siete horas encerrada en un coche, en la calle, por un descuido de su madre, que pensó que la había dejado en la guardería. La policía portuguesa investiga el caso, aunque descarta la intencionalidad de la progenitora.
Según informan varios medios portugueses como El Observador y Correio da Manha, el suceso tuvo lugar el pasado viernes, cuando una madre de 40 años salió poco antes de las 9 horas de la mañana a llevar en coche a sus tres hijos, de siete, cinco y dos años, a sus centros educativos. Después de dejar a los dos mayores, regresó a su domicilio y estacionó su automóvil en la avenida Maria Bombarda, en una zona céntrica de la capital lusitana.
La madre volvió a su domicilio para teletrabajar y, según las primeras hipótesis policiales, no se habría dado cuenta de que dejaba a su hija pequeña en una silla colocada justo detrás del asiento del conductor.
No fue hasta siete horas después -durante las horas más calurosas del día- y ya pasadas las 16 horas de la tarde, que los padres se habrían dado cuenta de lo que había sucedido. La madre habría pedido a su asistente que recogiera a los tres niños y entonces se dieron cuenta de que la niña de dos años no estaba en el centro educativo.
Según informan los medios locales, los padres habrían corrido al coche, donde descubrieron a la niña, para llevarla inmediatamente al Hospital Santa Maria, pero la niña ya no respiraba y fue ingresada muerta a pesar de los intentos de reanimación. Los padres tuvieron que recibir atención psicológica.