Los Mossos d'Esquadra y las Policías Locales inician esta semana, en coordinación con el Servei Català de Trànsit (SCT), una "campaña intensiva" de controles al transporte escolar, de menores y viajeros. El objetivo de los controles es "garantizar y aumentar la seguridad" de los desplazamientos en autocar coincidiendo con una época de colonias y excursiones.
En concreto, los agentes se centrarán en garantizar que se cumplen todas las condiciones administrativas del servicio y en comprobar el buen estado de los vehículos (neumáticos, señalización, alumbrado). También se mirará el uso del cinturón o los sistemas de retención infantil.
La última campaña de vigilancia, en enero, acabó con sanciones a 219 de los 716 vehículos inspeccionados.
En aquel caso, la mayoría de denuncias fueron por las condiciones del vehículo y por incumplir las condiciones administrativas.
En los controles, se mira que los autocares tengan la autorización administrativa para hacer el servicio, que los chóferes cumplan las paradas o itinerarios fijados, y se pueden hacer controles de alcoholemia, drogas y vigilancia para evitar el uso del móvil.
Según Trànsit, los datos de siniestralidad vial de los autocares interurbanos confirman que son un colectivo seguro. En los últimos cinco años se han registrado una víctima mortal (un conductor), 14 heridos graves y 289 heridos leves en las carreteras catalanas.
Trànsit recuerda que todos los autocares matriculados desde octubre de 2007 deben llevar cinturón de seguridad. Su uso reduce en un 75% el riesgo de morir en un accidente. No utilizarlo, multiplica por 25 el riesgo de sufrir lesiones graves o mortales en caso de vuelco o giro brusco.