La Fiscalía solicita 28 años de prisión para cada uno de los dos acusados de matar a la suegra de uno de ellos, el 4 de julio de 2017 en la Bisbal del Penedès (Baix Penedès). Según el escrito de acusación de Fiscalía, los dos hombres habrían acordado robar unos 20.000 euros que la víctima tenía en su casa entrando en el domicilio y asfixiándola para dejarla inconsciente, y trazaron un plan para simular que el robo estaría cometido por unos ladrones desconocidos. Al final, y debido a las maniobras de asfixia, la mujer acabó muriendo. El caso se juzgará en la Audiencia de Tarragona con jurado popular.
D.M.M. vivía con su pareja y los padres de ella en una casa en la Bisbal del Penedès, y pasaba por una situación económica precaria. Según el ministerio fiscal, acordó con A.G.M, compañero de trabajo y amigo, robar unos 20.000 euros que sabía que su suegra -de 63 años- guardaba en el domicilio dentro de un bolso de mano. Por eso prepararon un plan que ejecutarían un día que la mujer estuviera sola en casa.
El día escogido fue el 4 de julio, ya que sabían que el suegro del acusado estaba en Barcelona, y que él y su mujer tenían que ir a mirar pisos en el Vendrell y a cenar en un restaurante de Roda de Berà. Según el plan establecido descrito por la Fiscalía, D.M.M. dejaría una ventana abierta para que A.G.M. pudiera acceder a la vivienda sin dificultades y, una vez dentro, asfixiaría a la mujer hasta dejarla inconsciente, la ataría con cinta americana y cogería el dinero. Después, A.G.M. se marcharía y avisaría a su amigo con un mensaje en clave por teléfono móvil informándole del éxito del plan. El ministerio fiscal remarca en su escrito que ambos "asumían que el mecanismo de asfixia podría producir la muerte" de la mujer.
Ejecución de la estrategia
Tal y como relata el escrito de acusación, hacia las siete de la tarde de aquel día, D.M.M. dejó un agujero en la valla perimetral y una ventana abiertas para que A.G.M. pudiera entrar; y se marchó con su pareja. Hacia las nueve y cuarto de la noche, el ejecutor del plan accedió al domicilio, se introdujo hasta el salón donde estaba la víctima y "con ánimo de causarle la muerte o asumiendo que esta circunstancia se podría producir, y haciendo valer su importante superioridad física que impedía cualquier defensa" por parte de la mujer, "la golpeó en la cabeza y en la cara, le tapó las vías respiratorias con uno de los cojines del sofá y mantuvo la presión hasta que se desmayó", relata la Fiscalía. La acción le habría acabado provocando la muerte.
A continuación, cogió un monedero que había en el interior del bolso de mano que la víctima tenía en su habitación y que contenía documentación, unos 3.000 euros en efectivo y dos anillos. No obstante, no se dio cuenta de que también había un sobre con 14.000 euros. Después, se marchó de la vivienda y envió un mensaje a D.M.M. para informarle de que ya había terminado su misión: "ya he terminado de cenar", decía el texto.
D.M.M. y su mujer llegaron al domicilio pocos minutos antes de las once de la noche. Al ver el cuerpo de la víctima estirado en el sofá, su hija llamó al 112. Según el fiscal, para desviar las sospechas, D.M.M. hizo ver al operador que hacía la reanimación cardiopulmonar a la mujer. En los diez minutos que pasaron hasta que llegó la primera patrulla policial, el acusado habría preparado la escena para hacer creer que a la vivienda habían accedido desconocidos. Así, extrajo prendas de ropa del armario de la habitación de su suegro y las esparció por el suelo.
Cuando en la casa ya había varios agentes de los Mossos d'Esquadra, la hija de la víctima se dio cuenta de que en el bolso de mano quedaba el sobre con 14.000 euros; y guardó el bolso y el dinero dentro de su propio bolso. Posteriormente, y a petición de los agentes, lo entregó todo a la policía. Los 3.000 euros sustraídos y la documentación no se han recuperado.
En cuanto a los dos anillos que se habría llevado A.G.M., días después D.M.M. habría simulado ante su pareja, su primo y su suegro que los encontró casualmente dentro de una lámpara de la habitación de la víctima. El presunto falso hallazgo se comunicó a los Mossos d'Esquadra dos días después, el 27 de julio.
Por todo ello, el ministerio fiscal reclama 23 años de prisión para cada uno de los dos acusados por un delito de asesinato; y cinco años más por un delito de violencia en casa habitada. Además, reclama que indemnicen a la familia de la mujer con 75.000 euros.