Un hombre llama al 911 para informar de la muerte de su hija de tan solo 10 meses de edad. Al llegar al domicilio, los agentes policiales encuentran el cuerpo sin vida del bebé y se dan cuenta de que la defunción no fue casual.
Supuestamente, los progenitores dejaron que su hija muriera de desnutrición porque no ayudaba en la granja familiar. Ni el padre ni la madre alimentaron a su bebé por ser incapaz de ayudar en las tareas domésticas. A consecuencia, la niña no tenía músculos y estaba completamente consumida.
Se ha determinado la causa de la muerte como "desnutrición asociada con deshidratación debido a la negligencia de los cuidadores adultos". Además, los agentes que acudieron al domicilio evidenciaron las malas condiciones en las cuales se encontraba la casa.
