La Audiencia de Girona ha rechazado la petición de la defensa y mantiene en prisión provisional al detenido en Les Llosses (Ripollès) por disparar a su vecino, atrincherarse en una masía y recibir a los mossos a tiros.
Al investigado se le acusa inicialmente de tres delitos de tentativa de homicidio. A diferencia de lo que sostenía su abogado, la interlocutoria a la que ha tenido acceso la ACN concluye que la imputación está fundamentada.
Entre otros, porque el detenido lanzó "hasta 67 perdigonadas" al vecino con la escopeta de caza y profirió amenazas contra los mossos cuando se encerró en la masía. Además, "después de frustrar todos los intentos de negociación" y antes de que lo detuvieran, disparó contra dos agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI).
El detenido en Les Llosses ingresó en prisión provisional sin fianza el 17 de junio. La semana pasada, la Audiencia de Girona celebró una vista de apelación donde su abogado, Benet Salellas, pidió que se le dejara en libertad. Una petición a la que tanto la fiscalía como el abogado de los dos mossos se opusieron.
Benet Salellas veía "desproporcionado" que se le acuse de tres tentativas de homicidio y también criticó que la policía hubiera difundido una imagen "descontextualizada" de su cliente. Entre otros, el letrado subrayó que el detenido llevaba 20 años en la masía -gracias a un acuerdo con el propietario- y que no tenía antecedentes. Además, explicó que dos de sus hermanas viven en Ripoll y que, si se le dejaba en libertad provisional, iría a casa de una de ellas.
La interlocutoria de la Sección Cuarta, que firman los magistrados Victor Correas, Gonzalo Escobar y Daniel Varona desestima la pretensión de la defensa. Y en consecuencia, mantiene al investigado en prisión preventiva. El escrito recoge que, en este caso, se dan todos los requisitos que permiten fundamentar la medida.
La sala admite que la investigación está aún "en una fase embrionaria", pero que aun así hay suficientes indicios para que al detenido se le imputen tres tentativas de homicidio. De entrada, porque utilizó una escopeta de caza que, aunque disparara cartuchos de perdigones, "sin duda son aptos para causar lesiones graves o, incluso, la muerte de una persona".
Además, la Audiencia recoge que, a la hora de disparar contra su vecino, el arrestado lo hizo "por sorpresa", dirigiendo el arma contra el "tórax, la cara y la cabeza" de la víctima, y dejándole "hasta 67 impactos de perdigones".
La interlocutoria a la que ha tenido acceso la ACN también subraya que el detenido sabía que podía matar a alguien con el arma -lo que en argot judicial se conoce con el latinismo 'animus necandi'- porque amenazó a los policías después de atrincherarse en la masía y profirió expresiones como "Os mataré" o bien "Sé con certeza que de aquí saldré dentro de un ataúd".
Por último, la Sección Cuarta también se hace eco de que, "después de frustrar todos los intentos de mediación y negociación" con la policía, cuando el grupo especializado de los mossos (los GEI) entró dentro de la masía "en vez de desistir en su acción lesiva", el detenido "se parapetó con el arma y disparó como mínimo a dos agentes diferentes".
Con "potencialidad lesiva"
A diferencia de lo que sostenía la defensa, alegando que la escopeta no había causado lesiones de consideración ni al vecino ni a los mossos, la Audiencia de Girona dice que, de momento, la investigación "no permite concluir que los actos llevados a cabo por el investigado tuvieran una potencialidad lesiva nula".
Aquí, la sala recuerda nuevamente las 67 perdigonadas que recibió el vecino. En cuanto a los GEI, aunque en el caso del primero el escudo protector detuvo el impacto del disparo, el tribunal recoge que, en cuanto al otro mosso, "se deduce que el disparo se produjo a muy poca distancia, y que sólo el impacto contra una pierna y las protecciones que llevaba el policía evitaron lesiones mayores".
Por último, aunque la Audiencia de Girona admite que el detenido no tiene arraigo "inexistente", esto no impide que pueda haber riesgo de fuga o de reiteración delictiva si se le deja en libertad provisional. Y de hecho, más que de fuga, la interlocutoria entiende que el riesgo que podría haber es que el investigado tomara represalias contra el vecino, "porque lo que evidencia esta causa es una relación conflictiva que se ha saldado de manera desorbitada".
En este punto, el tribunal entiende que no sería suficiente dictando una medida de alejamiento, porque cuando pasó a disposición judicial, "el investigado sólo se arrepintió de su conducta con los policías". Aparte, la Sección Cuarta tampoco cree que, si se le deja en libertad condicional, el detenido tenga "una alternativa residencial realista" (porque según parece, se llevaría mal con una de las hermanas "y no parece viable que le acogiera").
Por estos motivos, la Sección Cuarta desestima el recurso de apelación contra la interlocutoria de prisión. El detenido se encuentra ingresado en el Puig de les Basses.