El encarecimiento de las materias primas y el incremento del precio de la luz y del transporte son problemas que ya se están trasladando al precio de los alimentos. Muchos fabricantes y marcas reconocen que están aumentando los precios de sus productos para proteger el negocio, porque no pueden seguir asumiendo el alza de los costes y recortando sus márgenes.
Es el caso de la empresa Campofrío, que lo está estudiando y lo ve como «una cosa que hay que afrontar si la cosa sigue así», según su consejero delegado, Javier Dueñas. La semana pasada fue el CEO de Heinz quien admitía que el grupo ya había subido los precios de sus productos para poder afrontar este triple aumento de costes.
«Esta inflación ya está aflorando y será igual o incluso peor», según dijo ayer el presidente de la asociación de empresas y fabricantes del sector del gran consumo (Aecoc), Ignacio González, durante la celebración del congreso anual de esta patronal que representa a más de 30.000 empresas.
«Cuando las compañías tienen subidas de costes lo intentan absorber para que no tenga un impacto en el consumidor, pero estamos condenados a tener inflación», dijo el empresario.