El tiempo tranquilo de los últimos días tiene las horas contadas. Catalunya se prepara para vivir unas Navidades muy movidas meteorológicamente hablando. El origen de este escenario hay que buscarlo lejos de casa. Un potente bloqueo anticiclónico situado en el norte de Europa, entre las islas Británicas y Escandinavia, actuará como un muro infranqueable. Este obstáculo obligará a las borrascas atlánticas a desviarse hacia el sur del continente y el Mediterráneo occidental, con Catalunya como uno de los principales puntos de impacto.
Viernes: inicio del cambio de tiempo
El primer capítulo de este episodio llega hoy viernes. Un frente hará aumentar la nubosidad y la inestabilidad, sobre todo en las comarcas de Girona y Barcelona, donde las primeras lluvias aparecerán a partir del mediodía. Serán precipitaciones intermitentes y débiles, con cantidades modestas, pero suficientes para marcar el inicio de un período mucho más inseguro que podría alargarse hasta finales de año.
Por la mañana todavía habrá claros en Ponent y en el sur del país, con nieblas en el interior. El viento soplará flojo y las temperaturas bajarán ligeramente, con máximas ya por debajo de los 15 °C y un ambiente claramente invernal, especialmente por la noche, con algunas heladas en el Pirineo y zonas profundas del interior.
Un fin de semana pasado por agua
El sábado se prevé como el día más complicado del fin de semana. Un frente prácticamente estacionario reactivará las precipitaciones durante buena parte de la jornada. Las lluvias afectarán a muchas comarcas, pero el plato fuerte podría concentrarse en las de Barcelona, con un posible barrido de chubascos intensos entre la tarde y la noche, incluso con tormenta y algún aguacero de forma local. La temperatura continuará bajando.
El domingo, la situación no acabará de mejorar del todo. Cataluña quedará bajo la influencia previa de una borrasca de origen polar, con muchas nubes y chubascos irregulares, más probables en Poniente y en el Pirineo. La cota de nieve se situará entre los 1.200 y los 1.500 metros, con nevadas que afectarán tanto a las montañas como a algunos núcleos elevados. El ambiente será gris, frío y plenamente invernal.
Mirando hacia Navidad
De cara al lunes, la inestabilidad podría intensificarse aún más. Los mapas apuntan a la posibilidad de un episodio de lluvia destacable y nevadas muy abundantes en el Pirineo, especialmente en el oriental, con la incertidumbre habitual sobre la distribución exacta de las precipitaciones. En el escenario más desfavorable, los acumulados de lluvia podrían ser muy elevados en el noreste del país y la nieve superar ampliamente el medio metro por encima de los 1.200 metros.
Tras una posible tregua breve entre el martes y el miércoles, todo indica que el día de Navidad podría llegar con una nueva levantada que nos traería mal mar, viento, lluvias y nieve. Todavía no hay nada del todo confirmado, es por eso que habrá que seguir la evolución de los mapas, pero lo que ya parece claro es que este diciembre nos hará tener el paraguas y el abrigo bien cerca.
